Patricia Rucavado patriciarucavado@gmail.com
Esperando en el Morazán nació a partir del dibujo realizado en el parque Morazán por invitación del proyecto Enamórate de tu Ciudad a varios artistas para que dibujasen y pintaran al aire libre. El trabajo se convirtió en un boceto para grabado cuya matriz ejecuté en el 2013.
De esa matriz han surgido varias propuestas sobre papel, en tela de pelón pintado con lápiz de acuarela, y este montaje sobre vidrio, parte de una ventana antigua, realizado en el 2014.
Este grabado mide 21 x 29 cm y pertenece a un conjunto llamado Mujer-Pájaro , cuyas dimensiones totales son 60,5 cm de alto por 153 cm de ancho y 3 cm de grosor.
La técnica consiste en grabar en un bloc de impresión (la matriz) utilizando gubias. Las incisiones crean espacios o líneas por suma o resta de tinta, como en un sello. La matriz ya finalizada fue impresa sobre vidrio con tinta al agua y sellada luego con barniz.
Los programas de estudio de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica me han dado la posibilidad de emplear múltiples técnicas.
Yo trabajo en escultura, pintura, textil y grabado, principalmente con un tema en común: las aves. En un inicio fueron acompañantes de mujeres, pero hoy se han convertido en protagonistas de mis obras en un estilo expresionista.
El proceso de mi trabajo se inicia con la observación constante. Genero múltiples bocetos para que mi mano aprenda el trazo real del ave, hasta llegar a estilizarlo y crear un personaje propio, asociado con la libertad, la disciplina y el trabajo. Para nuestros antepasados indígenas, las aves eran enlaces cielo-tierra, seres místicos que permanecían en la memoria reafirmando su vigencia de ayer y hoy.
Las aves del Morazán representan aquel enlace de la naturaleza con la ciudad y la sobrevivencia, ratificando el vínculo cielo-tierra.
En la técnica del grabado me gusta experimentar con soportes y matrices no habituales. La línea es de suma importancia; con ella procuro imprimir cada forma y cada gesto. Deseo expresar el sentimiento y la esencia en cada pincelada, puntada, incisión o línea, ofreciendo una lectura accesible y clara.
Esta obra, en particular, logra transparencias y sombras mediante el control de la carga de las tintas. La repetición de la matriz crea la sensación de tridimensionalidad. Se mantiene una línea fuerte pero orgánica, y se alcanza así la suavidad en la forma.
No suelo mencionar artistas que han influido en mí pues estoy en constante aprendizaje, pero admiro la línea de los maestros nacionales Juan Manuel Sánchez, Francisco Amighetti, Fernando Carballo y José Sancho . Entre los artistas foráneos citaría al pintor Egon Shiele y al escultor Alberto Giacometti. Todos ellos muestran pureza en la línea y la mancha, y estilización en lo tridimensional.
El oficio de todos los días está en mi taller , un pequeño espacio en pleno centro de la ciudad de San José. Vivo inmersa en la escultura, pero dejando siempre espacios para el grabado y otras técnicas que me permitan crecer como artista.