Dos desgraciadas que solo quieren una cosa: ser felices. Esa es la premisa de La Ely y Pamela Grant, las protagonistas de
La puesta en escena es dirigida por Adolfo Albornoz , Premio Nacional de Teatro en dirección (2010), y cuenta con el trabajo de las actrices Laura Cordero, Mariela Baltodano y el actor Arturo Campos , Premio Nacional de Teatro como actor de reparto (2010). Además, participa en la puesta el músico Andrés Bonilla.
Esta producción se presentará desde hoy y hasta el domingo, en el escenario del Teatro Giratablas, a las 8 p. m.
Desde las butacas, el público verá cómo La Ely (Mariela Baltodano) tiene una relación matrimonial complicada con El Cochino (Arturo Campos). Continuos problemas y los aparentes esfuerzos de una mujer que busca cómo mantener a flote su matrimonio, no sarán de ayuda para ella.
Como suele ocurrir, la esposa llega a un punto en el que no soporta más, y el principal tema de discusión los lleva a separarse.
La soledad lleva a la esposa a buscar los servicios de Pamela Grant (Laura Cordero), en quien encuentra a una persona con quien comienza una singular relación y, de paso, descubrirán muchos puntos en común que las unen.
Ante los deseos ser felices, a pesar de la mala suerte, los hombres y la soledad, toman una decisión que las llevará a protegerse mutuamente, aunque sea locura.
Es ahí donde aparece el director Albornoz, a quien le ofrecen la dirección del espectáculo, con el objetivo de que las guíe en esa búsqueda estética.
Actrices y director buscaron un texto que les permitiera desarrollar sus propósitos; fue así como apareció
Pero no solo se trata de la estética, fue importante para el equipo de trabajo dar con una propuesta que evidenciaba lo enfermizas que suelen ser muchas de las relaciones, con situaciones de violencia y aires de delirio en muchos caso, un marco de humor negro para desarrollar su idea.
“Lo que queríamos era abordar códigos entendibles en Latinoamérica, por eso elegimos tendencias como lo
La actriz y productora añadió que el público se identificará con la puesta, porque presenta la realidad de una forma delirante, estridente, que lleva al espectador a reír, pese a que en el fondo le están diciendo que lo que ven en escena es un poco cómo se encuentran casi todos en la sociedad actual.