Son 258 pero representan a miles. A millones. Las figuras negras ocupan el pulcro y amplio salón de la Galería Nacional de Praga. Ninguno habla pero, en conjunto, gritan.
Ai Weiwei, uno de los artistas más célebres y polémicos de nuestra época, inauguró este jueves La ley del viaje , su primera exposición en Praga (Chequia). La pieza central es una balsa negra de 70 metros de largo, en la que decenas de figuras evocan los refugiados de países africano y de Oriente Medio que luchan por arribar a las costas europeas.
El artista chino, refugiado político él mismo, ha reflexionado múltiples veces sobre la necesidad de proteger a los migrantes, cuya flujo incesante ha puesto en duros aprietos éticos y políticos a Europa.
Este trabajo se exhibirá hasta inicios del 2018.