Si el universo de la comunicación digital fuera un gran ecosistema, algunas especies –en este caso, idiomas– correrían el riesgo de extinguirse por falta de un hábitat con las condiciones adecuadas.
La investigación Lenguajes europeos en la era digital revela que al menos 21 idiomas oficiales en ese continente están en “peligro de extinción digital”.
El estudio fue publicado por Meta-Net, red que integra a 60 centros de investigación en 34 países y clasifica los idiomas según el nivel de soporte tecnológico.
Ese concepto se define a partir de cuatro aspectos: procesamiento del habla, traducción automática, análisis de texto y recursos de texto y voz. Es decir, esta investigación analizó cuáles son las herramientas tecnológicas existentes para cada uno de los idiomas.
A la hora de ejecutar cualquier tarea en el universo digital como realizar una búsqueda en Google, darle instrucciones al celular para hacer una llamada, recibir la información de un GPS o descargar una aplicación, el usuario siempre agradece la comunicación de datos en su idioma nativo.
Tras analizar 30 lenguas, los expertos identificaron cinco niveles de soporte tecnológico: “excelente”, “bueno”, “moderado”, “fragmentario” y “escaso o nulo”.
Allí, el inglés lidera el ciberespacio en términos de calidad y cantidad de recursos y herramientas tecnológicas existentes. A pesar de su ventajosa condición, esta lengua no logró alcanzar un soporte “excelente”. Mientras, otros idiomas como el islandés, el letón, el lituano y el maltés reciben la puntuación más baja y, por lo tanto, tienen un soporte “escaso o nulo”.
“Los resultados de nuestro estudio son muy alarmantes. La mayoría de las lenguas europeas carecen de los recursos tecnológicos básicos y algunas están abandonadas casi por completo”, opinó el profesor Hans Uszkoreit, coordinador de Meta-Net.
El español comparte el soporte “moderado” con idiomas como alemán, francés, italiano y holandés. “Podríamos dividir el mundo cibernético en dos macrogrupos: aquel en el cual se hacen presentes lenguas habladas por comunidades con gran poder económico y político, y el que no lo tiene. En ambos casos, la cantidad de hablantes no importa; lo que cuenta es sobresalir, consciente o inconscientemente, en el mundo digital”, comentó el lingüista Miguel Ángel Quesada.