Recientemente, se estrenó por Teletica Canal 7 El gran juego ATM , versión de El gran juego de la Oca , programa que a mitad de los años 90 se pasó en Costa Rica con gran éxito. En este caso, tenemos una versión modificada y bastante floja; hay aspectos que hacen de este show un intento que no cala ni construye admiración.
El set es ingenuo, el aspecto desmontable no justifica que la utilería contenga arte poco acabado. Esto no comunica la idea de “gran juego”, aunque es común en los programas hechos en el estudio Marco Picado: mucho relleno con luz y no con escenografía. Sumado a esto, la dimensión del estudio no ayuda; lo poco que hay, luce muy apretado. Para este formato, se requiere un set más grande, con zonas más distintas y distantes.
Algunos yerros en realización impiden la generación de empatía; por ejemplo, la música conceptualmente disociada. Bachata comercial y Carmina Burana revueltos en el mismo show expone la producción. Además, prevalece la costumbre de montar sonidos absurdos y asincrónicos en la acción.
Mostrar gente en algarabía en el estudio sigue sin hacer que la audiencia se emocione en sus casas.
Los concursos son un caos. Le sucede lo mismo que a ATD y Combate . Parece que se le torna difícil a la producción realizar ciertas actividades, pues las dinámicas son complejas. Además, la mayoría son refritos de franquicias distintas o del mismo El gran juego de la Oca .
La parte teatral que manejan Viviana (Calderón) y Mauricio (Hoffmann) es muy blanda. Sería mejor manejar un tono relajado, no hace falta mostrar empatía teatral con la pérdida de los participantes, es suficiente el tono verbal; cada pifia o tirada de los dados no requiere una expresión forzada.
Otro punto que calza dentro de este rubro son las cápsulas publicitarias que exponen los presentadores en cada tirada; luego de las primeras, se torna fácil de anticipar, por ende, molesto.
En la parte conceptual, hay problemas. Un duende irlandés es algunas veces antagonista, ¿Por qué un duende irlandés? ¿Por utilizar una persona de talla baja y hacer algo “de moda”? Esto denota la falta de conceptualización del espacio. Otro aspecto es, por ejemplo, llamar Maquinistas a las modelos o sonar la pitoreta del tren, ya que en ningún momento se muestra la relación con un tren, ni existen otras analogías dentro del programa. El tren de Teletica no basta, pues está fuera del programa, en otro nivel de comunicación más institucional, por lo cual estos recursos se sienten forzados.
Aceptar que A todo máquina (ATM) fue un programa con marca suficiente para apadrinar este nuevo show es apresurado. Hasta los presentadores se refieren a este show quitándole el ATM al final. ¿Era ATM realmente memorable para recordar y ser punto de apoyo del show ? No.
Este programa llega al menos 15 años tarde. Las premisas no son tan sorprendentes hoy en día como podían serlo años atrás en El gran juego de la Oca . El paradigma de retar personas anónimas hoy en día se aborda de manera menos inocente en la televisión. La gente hoy no es la misma ni en la televisión ni en la audiencia; lograr emocionar en la casa es más difícil.
Si bien es cierto es un esfuerzo de coordinación grande y reconocido, parece que falta mucho para ser un “gran” juego, para inspirar y emocionar. Dirigir un programa de televisión no es solo conjuntar factores, es armonizarlos. El gran juego ATM es un intento de representar un show hito en la televisión hispanohablante; sin embargo, no lo logra. Haya o no haya visto usted El gran juego de la Oca , puede dar una oportunidad a la versión de Teletica, sacar sus conclusiones y pensar acerca de la emoción que realmente transmite a casa.