Roma (El Universal de México/ GDA). Roman sabe bien lo que es la vida de las celebrities pues creció bajo la sombra de su padre, nada menos que el creador de El Padrino, Francis Ford Coppola.
Y aunque llevar el apellido Coppola en ocasiones ha sido una maldición por las expectativas que se ha puesto sobre los hombros de los hijos de Francis que siguieron su camino en el cine (algo de lo que Sofía Coppola tampoco se ha librado), lo cierto es que Roman ha demostrado que sus piezas tienen un sello personal.
Con su nueva película, A Glimpse Inside the Mind of Charles Swan III , que se presenta en Competencia en el Festival de Roma, Coppola logra crear una comedia divertida y con personalidad.
Es algo que requirió mucha valentía, como la de contratar a un actor tan polémico como Charlie Sheen para hacer de protagonista. “Mucha gente me dijo que era una locura contratarlo porque no era posible conseguir un seguro para él, pero yo les decía que lo había visto y que sabía que era algo que él quería hacer.
“Sabía que era un riesgo pero creía mucho en Charlie y él creía en el proyecto”, cuenta Coppola en una sofisticada sala del Hotel de Russie.
Al parecer, el director consiguió lo que nadie había logrado hasta el momento: involucrar de lleno a Sheen en un proyecto. “Inicialmente, cuando le enseñé el guión, le gustó y se interesó en él pero tenía un poco de miedo porque tenía que hablar mucho en español; así que tenía que aprender español, tocar la guitarra, cantar, bailar y hacer todas las cosas que lo hacen sentir bastante incómodo. Charlie es el tipo de chico al que le gusta ir al baseball, salir. Tuvo que forzarse para hacerlo”, cuenta el director de los documentales Stop for a Minute .
Respecto a por qué cree que Charlie aceptó este reto, Roman tiene una idea muy clara. “Necesitaba hacer algo en su vida con lo que se sintiera comprometido. Y la verdad es que me sentí muy afortunado de tenerlo porque siempre he sabido que es un actor súper talentoso. Sobre todo es un buen actor. Y me sentí muy contento de presentarlo otra vez en un contexto cinematográfico”, dice el realizador.
Por si no había suficiente suspenso en el set respecto a cómo se comportaría Sheen, a Coppola se le ocurrió incluir en el cast a Bill Murray, otro actor con peculiar personalidad. “Bill Murray es muy misterioso. No tiene un agente. Lo fui a visitar, le enseñé el guión y me dijo, ‘ok, suena muy interesante’. Pasaron unos meses sin saber nada. Al fin me envió un texto: “ok, suena genial”. Eso fue todo”