Los fanáticos son los fanáticos, y nunca nada será lo suficientemente bueno para el objeto de sus cariños.
A pesar de que los avances de la nueva película Star Wars dejaron satisfechos a la mayoría de los seguidores alrededor del mundo (y lugares adyacentes de la galaxia), las dudas siempre flotan entre los fans, dado que los derechos de la franquicia pertenecen a Disney.
Para caricaturizar el asunto: el temor de ver a un personaje con las orejitas de Mickey causaba más susto que la llamada del lado oscuro de la Fuerza.
Calma. La buena noticia es que J. J. Abrams es un starwasero de corazón.
Es cierto que también lo es George Lucas (ni duda cabe), pero con la diferencia que sabe guardar distancia y ve lo que debe ser la saga desde una perspectiva diferente.
Ante las inquietudes, Abrams, el 11 de octubre, durante un coloquio auspiciado por la revista Vanity Fair, hizo un llamado a la calma.
“Yo fui el encargado de hacer el corte final. Ellos (Disney) mostraron un enorme respeto por el trabajo nuestro. No tuvimos interferencias, a pesar de todos los miles de millones invertidos”, aseguró Abrams.
“Nos dejaron hacer la película que queríamos”, añadió.