Cincuenta segundos fueron suficientes para que el mundo nunca pudiera olvidar el final de la película Malcolm X, del director Spike Lee.
El calvario del exprisionero Nelson Mandela se ve reflejado en un profesor de Soweto, una ciudad localizada en el suroeste de Johannesburgo, quien cita a los niños un fragmento de la proclama de Malcolm X de 1965.
"Como nuestro hermano Malcolm dijo, declaramos nuestro derecho en esta tierra a ser hombres, seres humanos, a ser respetados como seres humanos, a recibir los derechos de un ser humano en esta sociedad, en esta tierra, en este el día en cual tenemos la intención de traerlos a la existencia...", recitó Mandela con su característico hablar pausado.
Enseguida, la película concluye con una toma real del activista estadounidense: "¡Por cualquier medio necesario!".
Según reveló la producción, Mandela –quien estuvo recluido durante 27 años– declinó pronunciar en 1992 esa última frase del discurso ante las cámaras, por el temor a que el entonces gobierno del apartheid lo usara en su contra.
"Es un homenaje. Lo que la película quiere dar a entender es como el legado que queda", opinó el crítico de cine nacional Érik Fallas, quien destacó que Spike Lee es un defensor de los derechos de los afroamericanos.
"Fue como un guiño, para quien sabe quién es, lo reconozca en el momento", añadió Fallas.