Por Alexander Sanchez C
Miguel Gómez
Director de Italia 90
A pocas horas de que gran parte del país conozca la Italia 90 que usted recreó en el cine, ¿cuál es su sentimiento?
Estoy nervioso y feliz. Con mucha expectativa.
¿Por qué los nervios?
Porque son personajes que la gente quiere de corazón, que les tiene mucho cariño. Entonces, hay una gran responsabilidad, luchamos mucho para poder cumplir con todo lo que se espera.
¿Usted cree que sí cumplirá con esas expectativas?
Sí, porque esta película es un simbolismo bien logrado; es una vista nunca antes explorada de como fue la experiencia inédita del Mundial para ellos.
”Siento que la gente verá una película de primer nivel”.
Sin embargo, el largometraje fue filmado en un tiempo muy corto (21 días). ¿Cómo lograr ese nivel de calidad que usted promete en tan pocos días?
Porque desde hace mucho tiempo la tenía cuajada en mi cabeza. Ya tenía muy claro lo que teníamos que hacer. Además, contamos con un gran apoyo técnico y filmamos con el mismo tipo de cámara con la que se rodó El Hobbit , una RED EPIC. Cuidamos todos los detalles.
Personalmente, ¿qué parte del largometraje le apela con mayor intensidad?
Creo que la parte donde el personaje de Bora Milutinovic les habla a los jugadores. Ver el cambio de los jugadores en lo psicológico es impactante.
¿Considera que este filme puede servir a los seleccionados que van para el Mundial de Brasil?
Creo que sí. Ellos podrán ver que si se hizo una vez, lo pueden repetir. Cuando uno quiere hacerse grande, lo puede lograr.
Usted parece conmoverse mucho con la epopeya de Italia 90... ¿Por qué?
Claro, es porque hay momentos en que la gente no ve como algo positivo lo que uno hace, como cuando voy a filmar una película. Entonces, uno tiene que luchar, sobreponerse y sacrificar muchas cosas, como la familia.
Por sus palabras, se nota que es una cinta muy especial para usted...
Esta película es, finalmente, una carta de amor de una generación a otra. Esta generación, en parte, es producto de la inspiración que esa Selección creó en nosotros. Yo, por ejemplo, soy un cineasta que tiene que luchar en un país donde la industria no está definida, pero intento lidiar con eso. Eso le sucedió a los héroes de Italia 90; sus condiciones como futbolistas eran complicadas.
De los personajes del filme, ¿cuál le apela más?
Todos me apelan, pero con Bora me identifico como director. Él tuvo que enfrentarse a un grupo de jugadores y hacer que ellos se lo creyeran. Yo tuve que hacer algo similar con los actores, pues se sentían intimidados por recrear a tan queridas figuras.
Alguna anécdota que lo haya marcado durante el rodaje.
Muchos lloramos en las escenas finales. Son escenas muy cargadas emocionalmente y representan el final de un viaje intenso.
¿Cuál fue la mayor dificultad que enfrentó en este filme?
Condensar las historias de todos los jugadores en una sola película. No quería que la cinta fuera sobre un personaje en particular, sino que fuera de la Selección.