No saben con exactitud la edad que tiene su empresa de animación digital, calculan que unos 16 años. Lo que sí tienen claro John Timms, Oliver Zúñiga, Hans Castro y Christian Glenewinkel es que Marte Studio fue, es y será un “salto de fe”, una apuesta creativa que orgullosamente les da de comer.
Ayer, en una anecdótica intervención, el Festival Internacional de Diseño presentó el testimonio de los cuatro pilares de Marte Studio. Sus triunfos, sus crisis y el manejo de los procesos creativos fueron los elementos centrales de la charla.
En una reunión de amigos, nació Marte Studio, aunque con un nombre algo explosivo Boom Studio. El nombre actual llegó después, justo cuando la idea dejó la categoría de ilusión para convertirse en una máquina creadora de animación 2D, 3D y efectos especiales.
Los comerciales les provocaron sus primeras sonrisas. Recordado es el anuncio de Panasonic, en el 2001 , en el que varios androides hayan en un batería la energía para vivir.
Según Timms, el ataque a las Torres Gemelas, en Nueva York, los golpeó duro. Según los expositores, la tragedia provocó escasez de clientes. Las consecuencias fueron despidos de personal, un traumatizante cambio de edificio y la obligación de reinventarse.
En el 2002, el éxito de sus comerciales y un proyecto serial que vino caído del cielo hicieron respirar a la empresa en la crisis más fuerte que han afrontado.
Eso sí, no fue el único tropiezo para una empresa que cuya fama ya había cruzado las fronteras. También sufrieron, aunque con menos impacto, los embates de las crisis inmobiliaria del 2008.
En el 2011, Marte Studio pasó de los comerciales a las series animadas, un negocio que ya cosechó frutos y que, con miras al futuro, es un diamante que hay que pulir.
Diseño. Para Marte Studio, el proceso de diseño es un elemento vital en la construcción de sus productos, un esquema bien definido que suele romperse cuando se presenta un cliente incómodo.
“–Pero ese personaje creo que no debería tener pelo–, nos dice el cliente. Solo ese detalle hace que nos tengamos que replantear casi todo”, explicó Castro.
Timms detalla que el éxito está en responder al cliente de la mejor manera, sin que el esquema de diseño se derrumbe. Además, agregó: “Son importantes los procesos de diseño, pero también hay que poner mucha atención al emprendedurismo”.
“Hay animadores que no tienen noción de cuanto cuesta, económicamente, desarrollar un producto. Es necesario desarrollar conceptos de empresa”, agregó.