La supremacía de la pantalla de plata ha dejado de ser tal. Los cines ven amenazado su lugar y su gloria ante los pasos agigantados del streaming.
Hasta ahora, plataformas como Netflix tan solo habían significado una sentencia de muerte para los videoclubes, los DVD y los blu-ray .
Sin embargo, la calidad de las producciones del gigante del streaming han comenzado a generar preocupación entre quienes producen arte en 35 milímetros.
Las disputas vuelven a salir a la luz en épocas de festivales y de ceremonias de premiación a lo mejor del cine.
Por ejemplo, el aclamado Festival internacional de Cine de San Sebastián estrenó el viernes, por primera vez en su historia, una película original de Netflix: la española Fe de etarras .
La cinta de humor negro que trata sobre un comando de ETA que aguarda instrucciones en un piso franco mientras la selección española se encamina a ganar el Mundial de Sudáfrica del 2010 se presentó fuera de concurso y se estrenará en Netflix el 12 de octubre.
Sin embargo, San Sebastián se une a otros festivales que, de a pocos y no exentos de polémica, han comenzado a abrir sus puertas a nuevos modelos de producciones.
“Nosotros intentamos hacer una radiografía de lo que está pasando en el mundo audiovisual, puede haber películas de plataformas, puede haber series de televisión, puede haber un poco de todo” aseguró a la agencia AFP el director del festival, José Luis Rebordinos.
La tormenta comenzó en mayo, durante el pasado festival de Cannes, donde Netflix presentó dos películas a concurso por la Palma de Oro: Okja y The Meyerowitz Stories.
Ambas cintas fueron abucheadas por algunos periodistas cuando el logo de Netflix apareció en pantalla. Sin embargo, fueron bien acogidas por el público, tanto que The Meyerowitz Stories recibió varios minutos de aplausos en pie.
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Ante la indignación de las cadenas de cines, los organizadores del festival modificaron el reglamento para que a partir del próximo año, todas las cintas en competición se comprometan a estrenarse en los cines franceses.
Uno de los principales opositores fue Pedro Almodóvar, quien fungía como presidente del jurado. El cineasta quien dijo que sería “una enorme paradoja” que la Palma de Oro se la llevara una película que no se pueda ver en salas de cine.
De acuerdo con la AFP, Almodóvar estimó “enriquecedora” la existencia de gigantes como Netflix, pero instó a estas plataformas a “aceptar las reglas del juego” y a respetar las “distintas formas de exhibición”, como las salas de cine.
Christopher Nolan tampoco ocultó su desacuerdo con que contenidos para plataformas digitales tengan un espacio en los festivales de cine.
“Lo que ha definido siempre una película es que se vea en un cine. Ni más ni menos”, dijo a El Mundo , a propósito de la avant-premiere de Okja en Cannes. “Si yo dirigiera un festival de cine no aceptaría las producciones de Netflix porque no son películas”.
De igual manera, en agosto pasado, Amazon y Netflix impactaron el festival de cine de Venecia.
Nosotros en la noche , con Robert Redford y Jane Fonda y producida exclusivamente para Netflix, tuvo un papel protagónico en la pasada edición de setiembre de este festival.
Ambas estrellas fueron homenajeadas con un León de Oro por el conjunto de su carrera, que con Nosotros en la noche acumuló cuatro filmes juntos.
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Además, el director chino Ai Weiwei compitió contra Darren Aronofsky, George Clooney, Guillermo del Toro y Alexander Payne, gracias al documental sobre la inmigración Human Flow , original de Amazon.
Venecia también disfrutó de las series Suburra y Wormwood , ambas de Netflix y presentadas fuera de competencia.
“No es labor del festival discriminar películas que se exhiben en salas de cine o no, sino que nuestro deber es seleccionar las películas que son propuestas. Otros decidirán de qué modo deben ser distribuidas”, dijo el director del festival, Alberto Barbera, ante los cuestionamientos de la prensa.
“Si Martin Scorsese o los hermanos Coen deciden hacer sus nuevas películas con Netflix, me parecería absurdo no aceptarlas porque no se hayan presentado en una sala tradicional” dijo, continuó.
Barbera calificó a plataformas como Netflix y Amazon, como “nuevos actores en un mercado global”.
“¿Debemos abrirnos (a las nuevas tecnologías)? Sí, estamos aquí para comprender qué está sucediendo en el cine, cuál será su futuro. Una de nuestras metas es ser abiertos y comprender las posibilidades que el cine nos ofrece a nosotros y a los cineastas”, planteó.
Intimidación. ¿Podría ir la disputa entre los exhibidores y el streaming más allá de un asunto de prestigio? ¿Podrían los nuevos canales de distribución poner en juego la continuidad de los cines?
Para el director de medios y entretenimiento en Reino Unido de la consultora PwC, Phil Stokes, la respuesta es “no”.
“La demanda de video por Internet no muestra signos de que vaya a detenerse”, dijo el experto en una entrevista para The Guardian.
“Las cifras no apuntan a la muerte de los cines. Fíjense en el desempeño en taquilla de películas como Star Wars: Rogue One o Animales fantásticos y dónde encontrarlos para ver la cantidad de entusiasmo tan significativa que aún atraen los blockbusters ”, explicó.
Para apaciguar las aguas, Amazon ha aceptado estrenar sus películas en los cines antes de llevarlas hasta los hogares de sus suscriptores.
Netflix, por su parte, ha sido mucho más tajante en su postura. Hasta ahora, se ha negado a dar la puñalada por la espalda a sus clientes, quienes siempre han recibido los estrenos de primera mano a través del servicio.
“Como nuestros miembros financian estas películas, deberían ser los primeros en verlas. Pero también estamos abiertos a apoyar a las grandes cadenas de cines (...) si quieren ofrecer nuestras películas(...). Permitamos que los consumidores elijan”, argumentó Netflix en abril pasado.
En concordancia con esa filosofía, la plataforma antes firmó un contrato con iPic, una lujosa cadena de cines con 15 sedes en Estados Unidos, que dejó estupefactos a los exhibidores.
Netflix se comprometió a estrenar en la pantalla grande de Los Ángeles el thriller de guerra The Siege of Jadotville el 7 de octubre del 2016, el mismo día que llegaría al servicio para los suscriptores. A ese filme se unirían otros nueve en las mismas condiciones, y con posibilidad de estrenos más amplios en otras regiones.
Aunque no se trata del primer estreno en cines para Netflix, ese contrato sí representa el primer compromiso sostenido con un exhibidor.
Ante la noticia, la Asociación Nacional de Propietarios de Cines lanzó un comunicado en el que hizo hincapié en que un “período de exclusividad” es saludable tanto para las salas de cine, como para la industria fílmica en general.
“¿Cuál es el rol de los cines cuando las plataformas de streaming se convierten en estudios de cine? Esta pregunta está flotando alrededor de una ansiosa industria fílmica, mientras Netflix, Amazon, Hulu y otros servicios de streaming rápidamente contratan talentosos cineastas y hacen agresivas adquisiciones en festivales de renombre” , cuestiona The Verge.
La respuesta aún no está del todo clara, pero es seguro que la industria audiovisual hoy avanza a la velocidad del Internet, y que no planea detenerse.