El escenario es el sobrecogedor silencio de los Alpes suizos. Sobre la placidez de la hierba, un compositor retirado escribe, en su mente, melodías que no quiere que nadie escuche. Pero aún en su ocaso, la vida encuentra formas de enredarse.
Juventud ( La giovinezza , 2015), el último filme de Paolo Sorrentino , hace de Michael Caine el compositor septuagenario Fred Ballinger, y lo coloca al lado de Mick Boyle (Harvey Keitel), un cineasta abocado a preparar su último filme.
Una comedia de dulces acentos dramáticos, Juventud se estrenó en Cannes el año pasado y, desde entonces, ha cosechado reconocimientos y premios en Europa y Estados Unidos: mejor director, filme y actor (Caine) en los Premios de Cine Europeo, una nominación al Óscar para mejor canción original (Simple Song #3, de David Lang) y nominaciones a los Globos de Oro para Lang y Jane Fonda, como actriz de reparto.
La constelación de famosos no distrae, sin embargo, de la mirada intimista que Sorrentino lanza a estos artistas en el último capítulo de sus vidas, obsesionados, como siempre, con la belleza y sus implicaciones, pero apremiados por la brevedad de su vida.
Como en la novela de Thomas Mann La montaña mágica , se retiran a un balneario, pero ninguna enfermedad los aqueja; solo su mortalidad. Con ensoñaciones, personajes curiosos y una estilizada puesta en escena, Juventud se desliza suavemente.
La crítica recibió muy bien esta suntuosa indagación de Sorrentino, aunque resintió cierta superficialidad en el tratamiento del tema. “ Juventud es un ejercicio elegante y pálido de Sorrentino, pero brillantes y apasionadas películas como La gran belleza y Las consecuencias del amor muestran que es capaz de más que esto”, escribió el crítico Peter Bradshaw en The Guardian .
La película se exhibe en el Cine Magaly (también está en cartelera Julieta , de Pedro Almodóvar). La sala se ubica en barrio La California, San José.