La farsa de que se había tirado a las calles, como un demacrado indigente, quedó enterrada para siempre en tierras mexicanas. Al actor costarricense Rafa Rojas, visiblemente enamorado de su terruño, se le ve caminando sereno, con buen porte y con una sonrisa por los alrededores de la laguna de Fraijanes, en Sabanilla de Alajuela.
No está de paseo, el otrora galán de telenovelas –desaparecido del medio artístico desde hace varios años– está trabajando otra vez. Con un holgado buzo azul, el pelo algo despeinado y alejado de la figura atlética que mostró en novelas como Quinceañera y Baila conmigo, Rojas espera con paciencia el llamado a la siguiente escena de Despertar, película que está filmando en Costa Rica bajo las órdenes de la directora Soley Bernal (El lugar más feliz del mundo, 2016).
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Hablamos del segundo filme de Rojas rodado en suelo tico. Hace 32 años, cuando era un jovencito, el actor fue parte del elenco de La Segua, de Antonio Yglesias; es un filme que recuerda con cariño y del que cuenta una anécdota: "Cuando llegué a México, yo le decía a todos que yo había participado en el 100% de la filmografía costarricense. Se quedaban asombrados, pero, bueno, es que en ese entonces era prácticamente la única película que se había hecho".
Sin embargo, Despertar es otra historia. La trama de la nueva película no tiene nada que ver con leyendas de espanto, aunque sí con un estado de oscuridad y ofuscación espiritual. En la cinta, Rojas da vida Ignacio Lemann, hombre lleno de conflictos y a quien lo persiguen dolorosos recuerdos de su infancia.
El personaje clama por un salvavidas, pues se está devorando el poco tiempo que le queda sobre la Tierra.
"Ignacio morirá en seis semanas y desea mantenerse con vida para ver el nacimiento de su bebé. En ese tiempo, el debe tener 'un despertar': cambiar su vida, cambiar el curso de su negocio y salvar a su esposa de la locura", dice la sinopsis de la película, según el sitio especializada IMDb.
Es en el bosque de Fraijanes donde Ignacio se entrega al ejercicio para poder expiar culpas y enfrentar algunas vibras negativas que lo acechan. En medio de la montaña, el personaje se cruzará con imágenes y recuerdos que lo llevan a estados mentales de diferente índole.
"En esta locación de Fraijanes, estamos grabando el lado más onírico de la película. Nos adentramos en la mente del personaje, en su pensamiento, en sus angustias", explica Bernal.
Fantasías y alucinaciones son parte del intenso recorrido de Rojas como Ignacio.
Un niño semidesnudo y con la cabeza golpeada, además de una banda de chiquillos que le gritan desesperados desde una loma, son parte de las escenas fantásticas con que se topará en el camino.
Además, Ignacio caerá rendido ante una aparición femenina de gran peso en su infancia, lo cual hace más extremo el drama existencial.
"Estos encuentros le van a ayudar a reencontrarse con las cosas buenas que ha ido dejando atrás. Cosas que ha ido perdiendo por el sufrimiento, por el dolor", agrega la directora del proyecto.
Tigre pintado
Rojas, quien en su carrera ha hecho poco cine y que dio por un hecho que se pondría nervioso al pisar el set, no experimentó finalmente ninguno de sus miedos. Al contrario, ahora repite con orgullo el lema de "que lo que bien se aprende, nunca se olvida".
Durante la filmación, Rafa habla poco, se ve profundamente concentrado y escucha atento cada indicación de Bernal. Solo de vez en cuando lanza algunas frases perdidas: unas para sugerir cosas y otros para expresar sus sentimientos.
"Es por aquí, Rafa, vamos a grabar aquí", le grita Lourdes Elizarrarás, coguionista de la película, luego de un pequeño ensayo.
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Entre un tono serio y algo de broma, Rafa responde: "Otra vez vamos a cambiar de set, para variar".
Es la única media queja que se le escapa. El resto del tiempo Rafa es pura "buena onda", en honor al léxico mexicano que, de vez en cuando, se le escucha.
Su compenetración con el papel es total. Cuando salta a escena, el rostro de Rojas se transfigura y lo vemos en la piel de otro hombre. Su espuela es notoria y la saca apenas escucha la palabra "acción".
Salvada de tanda
Rojas no iba a ser el protagonista de Despertar. El actor argentino Martín Karpan era el elegido del filme, pero cambios de agenda del rodaje complicaron su aparición en la cinta.
Entonces llegó Rojas a salvar la tanda. Quien era considerado para una aparición especial en la película terminó en un lugar de privilegio.
Esto para dicha de Bernal, quien se declara tremendamente agradecida con su aporte. "Rafa es un actor que sostiene el personaje en todo momento. Es muy intenso al actuar y la cámara lo ama. Cualquier plano que hagás, te transmite", dijo Bernal.
Y agregó: "Maneja muy bien sus líneas, es muy profundo y encuentras en él mucha verdad. La película requiere un peso actoral muy importante, pues todo gira alrededor de Ignacio. Él cumple con todo eso".
Entre hojas secas, el ruido del bosque y un verde fascinante, Rojas sonríe cada vez que puede. Sus ojos declaran que está feliz, que ha sacado la faena.
Su aventura en Fraijanes es solo una pequeña pieza de un gran rompecabezas, el cual se completará en locaciones en Ciudad Colón, Cartago y un hospital ubicado en Lindora, Santa Ana.
En esos lugares, Rafa se verá frente a experimentados actores como Leonardo Perucci –papá de Ignacio en la cinta–, la actriz mexicana Alejandra Toussaint –su esposa en la trama– y otras figuras del medio tico como Arabella Salaverry y Humberto Canessa.
Además, Rojas debe prestar cuidado a un detalle. Para pasar con nota alta la exigencia del rodaje, que comenzó el lunes y terminará el 30 de abril, Rojas tendrá que comer de forma restringida.
Sí, comer poco y bien, pues una dieta especial lo obliga a cuidar su alimentación. El motivo es sencillo: el personaje de Ignacio sufrirá un cambio radical de cuerpo y mente.
"Estamos seguros que lo logrará", confesó, sin querer ser identificado, un miembro del equipo. La confianza en Rojas es plena.
Según los planes de producción Despertar, que es una coproducción fílmica entre Costa Rica, Colombia, México y Estados Unidos, llegará a los cines ticos a finales del 2017.