Victoria Núñez y Esteban Monge llegaron a las 8:30 p. m. al cine Magaly, hora anunciada de la premiere de la película costarricense Princesas rojas .
En frente suyo, un tumulto de gente ya había roto el protocolo acostumbrado de la fila, y se agolpaba a la entrada del edificio para conseguir una de las 522 butacas disponibles.
Ante la posibilidad de quedar fuera de esta primera función de la película, tanto Núñez como Monge optaron por ver el lado positivo de un eventual cambio de planes.
“Es impresionante, es muchísima gente. Y realmente es bueno, es motivante para el cine nacional”, comentó Monge.
En ese mismo momento, actores, el equipo de producción, invitados especiales, y quienes llegaron horas antes previendo la situación, ocupaban ya dos tercios de los asientos de la sala.
Así de concurrido fue el estreno de Princesas rojas en el Festival Internacional de Cine Paz con la Tierra, competidora en tres categorías: largometraje costarricense de ficción, largometraje de ficción (internacional) y el premio denominado Ventana Centroamericana.
Ovacionado. A eso de las nueve de la noche, mientras la gente ocupaba los últimos asientos disponibles y se cerraban las puertas de entrada, el crítico de cine Mario Giacomelli tomó el micrófono para introducir la película, e invitar a su directora y coguionista, Laura Astorga, para hablar del debut de la cinta.
“Es un gran esfuerzo haber hecho esta película. La mitad de la gente que está aquí trabajó en la película”, dijo Astorga sobre lo que significaron los casi ocho años de realización de la película.
Princesas rojas cuenta la historia de Claudia, una niña de nueve años (interpretada por Victoria Conejo) y su hermana Antonia (Aura Dinarte).
Ellas experimentan en su propia familia el convulso escenario de la revolución sandinista de la década de los ochenta.
Regresando a Costa Rica tras una larga estancia en Nicaragua, sus padres Felipe y Magda (Fernando Bolaños y Carol Sanabria) intentan formar en el país un frente clandestino de apoyo a la revolución, ya debilitada.
Durante la proyección, algunos momentos de humor lograron que el público rompiera con risas la tensión acumulada por varias de las escenas en este largometraje de suspenso político.
Al final, los asistentes ovacionaron fuertemente la primera producción de larga duración de Astorga, así como el trabajo actoral de los papeles protagónicos.