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Entre ambientalistas y celebridades, Disneynature realizó el estreno mundial del esperado documental Océanos la semana pasada, en el marco de la celebración del Día de la Tierra.
El filme, cuya premier costarricense aún se desconoce, se sumerge a las profundidades de los cinco océanos.
La cinta muestra desde tímidas ballenas jorobadas, reuniones de miles cangrejos en la bahía de Melbourne, delfines, focas y hasta la quietud de un hombre que nada junto a un tiburón blanco, en armonía completa.
Hace casi tres años que Disneynature sedujo por primera vez a los espectadores con los osos polares, elefantes y ballenas que protagonizaron su documental La tierra, filme tuvo una excelente recepción entre los críticos.
La dirección de Océanos estuvo en manos de los franceses Jacques Cluzaud y Jacques Perrin, quienes invirtieron dos años completos en la preproducción del documental y cuatro años más en su filmación.
Los cineastas realizaron 70 viajes a decenas de los sitios del planeta más lejanos a las manos del hombre. El resultado fue 480 horas de tomas, por lo cual se invirtió casi un año en tareas de postproducción y edición para poder reducirlas a la hora y media que tiene la cinta.
La producción contó con los insumos aportados por entrevistas a pescadores, cazadores de ballenas, capitanes de buques, ambientalistas, buceadores de profundidad y biólogos marinos, entre otros.
“En Océanos, fuimos capaces de hacer lo que ningún cineasta o científico jamás había hecho: movernos encima y debajo del mar a la velocidad de la vida marina, que se entrecruza en los océanos del mundo, y experimentar la vida desde su perspectiva”, manifestó Perrin, según detallan las notas de producción del filme.
La narración inglesa estuvo del famoso actor Pierce Brosnan, quien actualmente es un ambientalista activo.
“Leí el guion como si le estuviera contando a mis hijos un cuento acerca de cuán bello es el océano para mí”, relató el actor.
Además, el filme refleja los sitios donde el orden natural se ha trastornado debido a la invasión y el mal uso humano.
“Encontramos que, en muchos lugares, la vida marina que buscábamos ya no existía por factores como la pesca, la contaminación y el desarrollo excesivo”, lamento Cluzaud, uno de los directores.
“También encontramos santuarios diseminados aquí y allá, donde la vida puede expresarse naturalmente y recuperarse con fortaleza y tenacidad. En estos pequeños y remotos lugares, encontramos la esperanza”, concluyó Cluzaud.
