Chicago. EFE En el marco del 28 Festival de Cine Latino, en Chicago, los directores brasileños reflexionaron sobre el camino que recorre la historia cinematográfica de su país. Todos concuerdan en que aún falta dar grandes pasos para convertir el cine de Brasil en una industria sólida.
La producción de cine en Brasil ya cuenta con algunas bases para convertirse en una industria cultural, gracias al apoyo público y a las nuevas formas de difusión, por lo que los directores brasileños reunidos estos días en Chicago vieron el cambio como un reto viable.
Avances. “Estamos atrasados con respecto a Europa, pero estamos empezando con las coproducciones y los intercambios de financiación entre países: es un momento optimista”, aseguró a EFE el cineasta Toni Venturi, uno de los directores que visita el festival.
Tras pasar sus peores momentos en los años noventa, en la última década, las instituciones brasileñas han contribuido a la producción de cine hecho en ese país.
Venturi, quien aterrizó en Chicago consciente de que presentaba una de las propuestas más arriesgadas, todavía no estrena su largometraje Porto dos Mortos en las salas brasileñas. Él afrontó problemas para costear la película y confío en las nuevas formas de difusión para buscar fondos antes de hacer el rodaje definitivo: utilizó el Internet para promocionarse.
Para los directores brasileños, el cine de la potencia latinoamericana necesita algo de tiempo, mejores guiones, menor burocracia y la búsqueda de nuevos mercados para su difusión.