E n la oscurísima comedia que es Birdman, o la inesperada virtud de la ignorancia , Hollywood se reserva sus dardos más ponzoñosos para sí misma. Una sátira del mundo del espectáculo que es, a la vez, una reflexión sobre la creación artística, encabeza la lista de nominaciones a los premios Óscar, con nueve posibles trofeos, y llega a cines ticos este jueves.
En el filme, Michael Keaton interpreta a Riggan Harris , una semiolvidada estrella de filmes de superhéroes. Con la saga de Birdman , en los años 90, Harris se hizo popular en todo el mundo.
Ahora, con más de 60 años, quiere probarse a sí mismo que también puede ser un gran artista. Harris se estrenará en Broadway, el más exigente circuito teatral de Estados Unidos, con una adaptación del cuento de Raymond Carver De qué hablamos cuando hablamos de amor .
Desde que se presentó en los festivales de Venecia y Telluride, con sendas ovaciones, la crítica ha continuado celebrando las cualidades de Birdman. Tras sonados éxitos en Estados Unidos, el mexicano Alejandro González Iñárritu ya forma parte de la industria que, en esta película, no duda en diseccionar.
Con este filme, Keaton (ex-Beetlejuice, ex-Batman), alza vuelo una vez más y acaricia la posibilidad del máximo reconocimiento de Hollywood: el premio al mejor actor. Esta es apenas una de los múltiples cruces entre el mundo real del cine y el que la película satiriza sin piedad.
Revelación. En una cultura obsesionada con la fama y la apariencia, Riggan Harris quiere volar por lo alto en el teatro con esta obra que escribe, dirige y protagoniza, pero el escenario le exigirá su alma.
Por asistente, tiene a su problemática hija (Emma Stone) recién salida de rehabilitación; como productor, a su amigo de toda la vida (Zach Galifianakis); como coestrellas, a su novia (Andrea Riseborough) y a una debutante en Broadway (Naomi Watts).
Todos quieren que triunfe, pero dudan de su compromiso cuando su errático comportamiento afecta los ensayos. Una ácida crítica de teatro (Lindsay Duncan), crecientes costos de producción y romances inesperados complicarán la producción de una obra por la que Riggan Harris apuesta todo.
A última hora se suma al elenco Mike Fisher (Edward Norton), un consagrado y presumido actor de teatro que no espera mucho de Harris, pero sí confía en que el rol le permitirá brillar.
El paralelo de la historia con la vida de Keaton –el actor que busca recuperar su prestigio artístico– es apenas la primera de las referencias cruzadas que componen la trama de la película. La ambigüedad en lo que somos realmente y cómo nos perciben, y el debate entre calidad y popularidad, impulsan al filme.
El 22 de marzo, Birdman batallará por los Óscar como mejor película, actor principal, actor de reparto (Norton), actriz de reparto (Stone), fotografía, edición de sonido, mezcla de sonido y guion original.
Lo sutil y lo obvio. El concepto de filmar una película en una sola toma suena como truco efectista, pero en manos de González Iñárritu y el experto director de fotografía Emmanuel Chivo Lubezki resulta sorprendente. El mexicano ya ganó un Óscar por Gravedad, el año pasado y este año anhela otro.
Para lograr que esta película de dos horas pareciese grabada en una sola toma , una técnica conocida como “plano secuencia”, se construyó una laberíntica escenografía y los actores ensayaron meticulosamente cada movimiento.
Según reveló Lubezki a The Hollywood Reporter , la mayoría de tomas dura unos 10 minutos (la más larga es de 15 minutos). Tras tanta práctica de las secuencias, la edición final les tomó apenas dos semanas a Douglas Crise y a Stephen Mirrione.
“Quería que la gente experimentara, colocándose en sus zapatos, este laberintico, claustrofóbico, e inevitable encuentro del personaje con su mediocridad”, explica González Iñárritu en una entrevista distribuida por la producción.
Los personajes fluyen dentro y fuera del marco y del tiempo: parece que la acción transcurriese en un lapso tenso y sin descanso para Riggan Harris, inmerso en la Nueva York del teatro y las multitudes de Broadway.
Sumado a la música, un irregular e hipnótico ritmo de percusiones de Antonio Sánchez, Birdman busca sumergir al espectador en el estado mental de Riggan Harris. “Lo que me pareció como algo grandioso de interpretar es que, al final, resulta un personaje realmente noble”, cuenta Keaton.
Para el intérprete, fue una oportunidad de lujo: “Hubo un largo periodo en que no estaba para nada emocionado”. “No estaba leyendo cosa alguna ni me estaban ofreciendo papeles que me parecieran en particular grandiosos o interesantes”, confesó Keaton.
En general, la crítica ha recibido bien al filme. Cuenta con 92% de valoración positiva en RottenTomatoes y con 88/100 en Metacritic , compiladores de críticas. Es favorecida por el espectáculo visual que ofrece y por el humor corrosivo de su diálogo; sin embargo, algunos críticos la han señalado como “superficial” y “pretenciosa”.
En el filme, el futuro financiero y personal de Harris depende del aplauso del público en su noche de estreno. Con Birdman , sus conocidos artistas también aspiran a confirmar su maestría.