Los Angeles. EFE. Charlie Kaufman nunca se queda estático. Explorando nuevos mundos audiovisuales para materializar sus creaciones artísticas, el célebre director ha trasladado su original y complejo cine a la animación.
Luego de ganar el Óscar por Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004) y seguir imponiedo su genio de escritor en diversos y singulares guiones, el estadounidense creó Anomalisa , filme animado con el que busca consolidarse como director.
Anomalisa es, en pocas palabras, una compleja historia de soledad y amor, rodada en stop-motion y con gran atención al detalle.
Codirigido por Duke Johnson, este año Anomalisa aspira al Óscar como mejor filme animado, algo que no hubiera alcanzado sin antes haberse sometido a un llamativo proceso de transformación. La aclamada cinta se basa en una historia concebida para el teatro y solo para ser leída en vivo.
¿Cómo se convirtió una pieza teatral de este tipo en una película? He ahí el desafío.
“Fue un proyecto del 2005, con los actores en el escenario, leyendo el texto y acompañados solo con música. No había decorados”, explicó Kaufman en una rueda de prensa.
Los mismos actores que interpretaron la obra en Los Ángeles –Dabid Thewlis, Jennifer Jason Leigh y Tom Noonan– prestan sus voces a los personajes de la cinta, que se centra en la vida de Michael Stone (David Thewlis), un conocido escritor de libros de motivación.
En una visita a Cicinnati, Michael conoce a Lisa (Jason Leigh), una chica en cuya voz cree encontrar algo único. Eso la diferencia del resto de personas, que comparten la misma cara y voz.
En Anomalisa , la soledad y el amor son los temas más evidentes. Como acompañantes de una historia que navega por un mundo surrealista se alinean también la desesperación, el deseo, los complejos y los sueños.
LEA MÁS: Premios Óscar: 'The Revenant' obtiene 12 nominaciones
¿Cuál es la visión de Kaufman sobre la película? ¿Qué quería comunicar con este guion? El cineasta no quiso revelarlo. “No me gusta hablar sobre lo que son mis películas para mí, porque eso invalidaría las experiencias de otros y todas las visiones son válidas”, afirmó.
Drama de muñecos. En Anomalisa, los personajes son una especie de robots con rostro humano, unas marionetas con un aspecto y textura específicas.
“No queríamos ocultar lo que eran, sino lograr un equilibrio entre los personajes que tenían que representar y el artificio de los muñecos”, indicó Johnson.
Rodada en stop-motion , hubo que construir cada uno de los elementos que aparecen en la pantalla, por lo que hubo un intenso y laborioso trabajo artesanal.
A pesar de que toda la ambientación era ficticia, los actores se comprometieron con el proyecto como en cualquier otro filme.
“El guion era maravilloso y las palabras tan sobrias, que tan solo tenías que leerlas. Casi no tenías que actuar”, afirmó Leigh, para quien el nivel de intimidad que consiguieron al grabar algunas escenas fue incluso mayor al de una cinta tradicional.
“Estábamos en una sala oscura cuando grabábamos. La escena de sexo fue embarazosa y ni siquiera nos estábamos tocando”, recordó la actriz.
Esa situación, en la que desaparece de las mentes el hecho de estar viendo animación, es justo lo que Kaufman y Johnson quieren lograr en los espectadores. Lo logran bien, lo ha reconocido la crítica y solo falta por ver que la Academia.