14 de agosto del 2012. Departamento de telegramas de Radiogrfica Costarricense (RACSA). En la foto: Luis Morales trabaja en el ordenador que recibe y enva los telegramas intenacionales. (albert marin)
No, no están confinados al capítulo sobre el inicio de las telecomunicaciones en los libros de historia, sino que son miles los que aún se mueven por todo el país.
En nuestros días, donde basta un celular para estar al tanto de lo que sucede en casi cualquier lugar del planeta, suena increíble que el telegrama siga sobreviviendo y que, además, sea un negocio rentable y con futuro... al menos al corto y mediano plazo.
Así es como describen la situación Correos de Costa Rica y Radiográfica Costarricense S. A. (Racsa), las dos entidades que prestan este servicio en el país.
Según explicaron representantes de estas empresas, varias entidades financieras y el Ministerio de Educación Pública (MEP), las que mantienen vivo el negocio de los telegramas.
La clave del éxito se encuentra en una característica muy propia de los telegramas, que lo diferencian de los tuits, mensajes en el muro de Facebook o mensajes de texto (SMS): los telegramas tienen validez legal.
Eso significa que, frente a un proceso judicial, si hubo una notificación con telegrama, ese aviso adquiere un carácter oficial. Eso es algo que no logran en la actualidad otros sistemas, según explicaron representantes de Correos de Costa Rica y Racsa.
Pasado y futuro. La tecnología del telegrama ha evolucionado desde la invención de la telegrafía, su sustento, en el siglo XIX.
Durante décadas, su utilización fue parte de la vida de los ticos en un ámbito tan privado como el envío de condolencias o en uno tan público como la notificación de los resultados en distintas mesas durante las elecciones.
Hoy, sin embargo, ya no se depende de una vetusta infraestructura, sino que las computadoras tomaron el puesto que les corresponde en la cadena para llevar la información.
Con Racsa, por ejemplo, usted puede dictar su telegrama por medio del teléfono y ellos lo envían donde quiera, dentro o fuera del país. En el caso de que sea dentro del país, según explicó Rónald Alfaro, jefe de Soporte Operativo Comercial de Racsa, el mensaje debería entregarse en 24 horas.
Este tipo de telegrama cuesta ¢600 por cada bloque de 25 palabras. “Una de nuestras ventajas es que el telegrama se puede dictar y el cobro se realiza al número telefónico”, dijo Alfaro.
En cambio, para usar el servicio con Correos de Costa Rica el usuario debe ir hasta una sucursal con el mensaje escrito. Allí cobran ¢600 por una página completa de texto.
“Tenemos telegramas prefechados. Usted puede enviar uno para el Día de la Madre varios días antes y así se asegura que se entregará el día que corresponde”, explicó Wendy Soto, directora de Servicio al Cliente de la empresa.
Usuarios fieles. Pero el negocio no es bueno por los clientes comunes y corrientes que buscan enviar un telegrama, sino que es rentable por las entidades financieras y el MEP. Las primeras realizan notificaciones de cobro y el segundo notificaciones de nombramientos.
Según Alfaro, 95 de cada 100 telegramas de Racsa son de ellos.
A pesar de esto, Racsa ha visto disminuir la demanda de este tipo de mensajes. Hace cinco años tramitaban unos 80.000 telegramas por mes y hoy elaboran apenas 40.000 en el mismo periodo.
Correos de Costa Rica registra un altibajo en la demanda durante la última década, aunque este 2012 marcará un récord.
Ambas compañías creen que en unos cinco años la situación será muy distinta, y por eso se preparan con tecnología como el correo electrónico certificado para, entonces sí, pensionar el telegrama.