¿Tendrán conductores los vehículos en 2030? El automóvil, cada vez más automatizado, pronto podrá conducirse solo, según fabricantes que trabajan en esta prometedora nueva frontera tecnológica. Sin embargo, antes de convertirse en parte de la vida diaria, el vehículo autónomo tendrá que superar bastantes desafíos técnicos, jurídicos y sobre todo psicológicos.
La mayoría de los coches de gama media alta proponen ya ayuda para conducir como alarma de obstáculos, limpiaparabrisas y faros automáticos, radar y cámaras para dar marcha atrás. En lo alto de gama, algunos modelos ya hacen algunas cosas solos.
Es el caso del buque insignia de Mercedes-Benz, el Clase S, que suele ser el pionero del equipamiento cinco o diez años antes del resto de los vehículos de menor precio, que ya ofrece un sistema de conducción semiautomático en los atascos y un regulador de velocidad que mantiene la distancia con otros vehículos en carretera.
"Pensamos que el vehículo autónomo será una realidad a partir de 2020 pero creemos que el despliegue más significativo será para después de 2030", explica Josselin Chabert, experta automovilística de la consultora PwC.
"La tecnología ya existe", dice Thierry Le Hay, director de innovaciones en PSA Peugeot-Citroen, quien asegura que "todos" los fabricantes ya están desarrollando estas tecnologías. La creación de una filial de coches autónomos forma parte de los proyectos industriales promovidos por el gobierno francés, un impulso que no ha esperado Akka, una agencia de estudios y de ingeniería que trabaja para Daimler (Mercedes), y que pone a punto la tercera generación de vehículo autónomo, explica el presidente de esta empresa francesa Maurice Ricci.
Para Ricci, el principal desafío técnico es que los vehículos reaccionen en tiempo real a un entorno permanente cambiante: otros carros, peatones o animales que cruzan la carretera, sin hablar de trabajos puntuales que no hacen posible depender exclusivamente de los datos del GPS.
"Creemos que el vehículo debe poder crear su maqueta numérica y desplazarse dentro", explica. Por el momento, "solo se pueden detectar 30 kg de masa orgánica, por lo que queda mucho por hacer", dice Ricci.
Lleno de receptores, el vehículo "Link&Go"de Akka estará en el pabellón del ministerio de Ecología del Salón Mundial del Automóvil que abre sus puertas al público mañana.
El fabricante de equipo francés Valeo, por su parte, ha demostrado un sorprendente sistema que reemplaza al valet para llevar a estacionar el carro. Uno deja su vehículo frente al restaurante y éste va solo a encontrar un estacionamiento y te avisa por teléfono cuando se ya se estacionó.
Obviamente, será necesario que la legislación se adapte para permitir la circulación de coches autónomos, dice Le Hay.
La convención de Viena sobre circulación vial (1968), ratificada por la mayoría de los países europeos, señala que "todo vehículo en movimiento o todo conjunto de vehículos en movimiento deben tener conductor".
California, territorio del "Google car", acaba de adaptar su legislación para autorizar los ensayos de vehículos autónomos en carretera. Las autoridades francesas han previsto hacer otro tanto a partir de 2015.
Una vez que se superen los desafíos técnicos, habrá que resolver los aspectos de responsabilidad, una preocupación para las aseguradoras. En caso de accidente, "¿a quién se va a hacer más caso, a un coche conducido por ordenador o al hombre?", se pregunta Chabert, de PwC.
Los conductores destinados a ser pasajeros también tendrán que superar la barrera psicológica. Según Le Hay, los sondeos entre clientes "muestran que la gente se lo imagina muy bien y piensan que es una evolución natural". Las ventajas del coche sin conductor son potencialmente enormes: reducción de atascos, del consumo, y 90% accidentes menos con el tiempo, destaca Josselin Chabert.
Sin contar el tiempo que te deja. "Nadie está particularmente contento con la perspectiva de pasar media hora en los atascos mañana y noche y le encantaría hacer otra cosa en esa media hora", concluye Le Hay.