Internet, la red de computadoras que revolucionó el planeta, soporta presiones políticas de Gobiernos y regímenes autoritarios sedientos de más control de la plataforma.
Esto se debe a que hace décadas, Internet funciona con base en decisiones tomadas por consenso y el mérito del mejor argumento en la discusión. Toda su organización descansa en tres valores: cooperación, transparencia y confianza.
Por lo tanto, el modelo de gobernanza de Internet, que incluye a múltiples partes interesadas, no solo es efectivo, sino que altera las nociones clásicas de poder, como las de Gobiernos y corporaciones transnacionales, por ejemplo.
Internet es así una forma de organización humana sin intervención política de Gobiernos o países que cuestionan la vigencia de aquellos. Esto explica el afán de los Estados de más control sobre Internet.
Estas fueron varias de las principales conclusiones expuestas ayer por un panel de expertos que discutieron sobre el futuro de Internet y las peligros que acechan su modelo de funcionamiento.
La mesa redonda, organizada por el Club de Investigación Tecnológica, se realizó en el Club Unión, a donde asistieron representantes del Gobierno, la Superintendencia de Telecomunicaciones y la Academia Nacional de Ciencias.
Modelo efectivo. Lynn St. Amour, quien presidió 13 años la Sociedad de Internet (organismo rector dedicado solo al desarrollo mundial de Internet), recordó que si el mundo descuida hoy la gobernanza de Internet o se vuelve complaciente con los principios, en los cuales subyace su éxito “corremos riesgo de perder gran parte de lo que es bueno acerca de la Internet y, sin duda, se reducirá su utilidad como plataforma para la innovación”.
St. Amour recordó que Internet debe su éxito a que múltiples partes la gobiernan mediante procesos y productos locales, que avanzan de abajo hacia arriba y son accesibles a los usuarios de todo el mundo.
“La organización de Internet atrae a múltiples interesados con diversas perspectivas y de ahí surgen mejores ideas. La apertura, la colaboración, la transparencia y el consenso son todos requisitos y beneficios al mismo tiempo”, recalcó la también presidenta y fundadora de la empresa Internet Matters.
No obstante, agregó, que hoy los Gobiernos luchan por ajustar su mandato de controlar lo que ocurre dentro de sus fronteras y un instrumento que las desconoce.
“Los Gobiernos tienen que adaptarse a una nueva realidad, en la que los gobernados desempeñarán un papel más directo en todo proceso político y de gobierno”,recalcó St. Amour.
La clave para preservar la Internet actual a las futuras generaciones se inicia en los Gobiernos, creando legislación local pero con visión cosmopolita, apuntó Lina Ornelas Núñez, jefa de Políticas Públicas y Relaciones con Gobierno para México, Centroamérica y el Caribe en Google.
Para Ornelas, el mayor desafío con la gobernanza de Internet es que la herramienta debe ampliarle derechos y libertades al usuario, no lo contrario. “Por eso, hay que evitar la tentación de tratar de definirle el futuro a una tecnología siempre en constante desarrollo, desde políticas públicas”, subrayó.