A Luz Daviana García Ramírez la llena de ilusión celebrar “el cumpleaños” de Costa Rica y ser parte de las actividades alusivas a las fechas patrias.
Por esa razón, hace una semana, la niña de cinco años participó de un singular taller en el que se confeccionaron los tradicionales faroles para el desfile del 14 de setiembre.
Sin embargo, la técnica con que estos fueron elaborados no fue la tradicional. ¡Su farol se hizo con corte láser y luces led!
Su madre, Kryscia Ramírez, manifestó que los niños de las nuevas generaciones son amantes de las tecnologías, les gusta aprender y hacer cosas con ellas.
“Incluirlas en la realización de faroles permite conservar las bellas tradiciones de nuestro país”, afirmó Ramírez.
Luz Daviana, junto a otros niños, asistió a uno de los talleres impartidos en la Inventoría.
Entre las técnicas de fabricación usadas estuvo el corte láser de un modelo en dos dimensiones para luego armarlo y construir otro de tres dimensiones, explicó el tutor Cristhian Núñez.
Los menores asistieron con uno o con ambos padres y tuvieron la libertad de elegir si decoraban el farol con símbolos y colores patrios, o bien, si lo hacían con sus personajes preferidos.
Otra opción. El laboratorio de fabricación Kä Träre de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) también impartió cursos.
“Queríamos rescatar el hacer faroles en familia e integrar el conocimiento de nuevas tecnologías”, mencionó Diana Hernández, coordinadora de la Red de Innovación e Investigación en Educación a Distancia.
Los asistentes a este taller colocaron en sus faroles una placa programable. Esta permitió decidir los colores de la decoración y las secuencias en que se podrían encender y apagar las luces led.
Sin embargo, la experiencia de trabajar estos métodos de fabricación con niños no es nueva para Kä Träre.
“Tuvimos un taller de primeros pasos en programación y electrónica con chicos de siete a 12 años. Para ellos, manejar este tipo de cosas es casi natural. Estuvieron casi cuatro horas seguidas en eso”, dijo Hernández.
Adulto mayor usa ingenio y desechos para hacer faroles
Un chorreador de café confeccionado con cartones y una casita hecha a partir de una caja de jugo de naranja, son algunos de los faroles que Jorge Chaves Lobo fabrica y luego vende cerca del mall Paseo de las Flores, en Heredia, justo en lo que se conoce como La Esperanza.
Los ojos de este señor de 72 años brillan al hablar y mostrar las creaciones que ofrece en la acera y el corredor de su casa, con precios que van de los ¢1.000 hasta los ¢2.500.
Usando su imaginación, los materiales de desecho que emplea –como botellas plásticas, palos de escoba y envasestetrabrik– se convierten en carretas, carritos o lámparas que decora con los colores patrios o del Herediano.
Para abastecerse, Chaves visita supermercados en busca de “lo que pueda servirle” y recibe contribuciones de sus hijos, vecinos y transeúntes.
Un luchador. El mérito de este hombre es doble, o triple si se quiere. Él sufrió polio en la infancia, por lo que tiene dificultades para mover la mano izquierda y la pierna derecha.
Dos años atrás, también afrontó una serie de quebrantos, como problemas en la próstata, neumonía y cálculos en los riñones. Estuvo mucho tiempo deprimido.
“Por eso me puse a hacer todo esto. Siempre había trabajado en construcción y mi familia me motivó a hacer cositas para vender. Todos los días, dedico como cinco horas a este pasatiempo que me permite ganarme alguito también”, relató.
Su esposa, Norma Chaves, lo secunda. “Para nosotros, verlo así es una bendición. Él comenzó con esto el año pasado. Esta vez hizo como 150 faroles y ya casi no nos quedan. Varias escuelas han venido aquí porque les gusta que se usen materiales reciclados. Para Navidad también hará carritos con cartones y madera”, comentó muy orgullosa.
Ella insistía en que don Jorge se pusiera otra camisa para las fotos, pero él se negó con un argumento de peso: “¿Por qué cambiarme?, si así, entre pinturas y chunches estoy feliz”.