Alfredo Mora y Christian Villalobos no se conocían. Ayer, el educador y el hombre dedicado a la industria hallaron una confluencia en sus caminos: el TEDx 2014. La actividad, realizada en el Auditorio Nacional, reunió a cientos de personas que escucharon las propuestas de 25 expositores.
“El TEDx es un evento de primera línea en materia de innovación que trae ideas frescas que le dan mucha esperanza al país y en el sector que uno trabaja”, señaló Mora, mientras desde el otro lado de la mesa, Villalobos coincidió: “Es una actividad enriquecedora porque permite tener un espectro amplio de diferentes realidades”.
Curiosidad. Un par de minutos antes de las 8 a. m. las puertas se abrieron y un público expectante cruzó el umbral del Auditorio.
En el vestíbulo del recinto se generaron una infinidad de conversaciones simultáneas. Algunos de los asistentes confesaban no conocer detalles sobre la actividad. Otros, como Óscar Ferraro, se declaraban seguidores del TEDx internacional.
“Esta la primera vez que vengo al TEDx nacional, pero realmente lo interesante es que hay una gran variedad de temas y puedo nutrirme de diversas ideas”, señaló Ferraro.
Por su parte, César Arévalo se levantó sin saber que, poco después de las 8 a. m. cruzaría el umbral del Auditorio Nacional para vivir una larga jornada de conocimiento: “Me tope con suerte porque una amiga no puedo venir, me contactó y ahora soy su reemplazo. Me parece que esta actividad es refrescante, un cambio ante la rutina”, aseveró.
Reunión. Los intermedios evidenciaron que, cuando las ideas se comparten, se multiplica no solo el conocimiento, sino también la plática entre los amigos: los que se encuentran y los desconocidos.
Así les ocurrió a los primos Pablo Elizondo y Ronald Elizondo quienes se toparon sin siquiera saber que el otro asistiría a la actividad. “Me gusta que sea una iniciativa global y que tengamos la oportunidad de compartir, localmente, experiencias de gente que ha hecho cosas relevantes”, señaló Pablo.
Cada uno fue atraído por el mensaje de una conferencia en particular. Las más mencionadas fueron la de Wálter Coto (político y empresario), la del emprendedor Giancarlo Pucci y la de Vladimir Carazo (médico holístico).
“Me conecté con el mensaje de Giancarlo Pucci: dejar la vida corporativa para dedicarse a algo que lo apasiona más a uno”, manifestó Mariela Volio.
El público era, en su mayoría, mayor de edad. No obstante, también se presentaron algunos jóvenes ansiosos por aprender. Por ejemplo José Armando Chacón:
“Me gustó mucho la charla sobre robótica porque me gustaría estudiar mecatrónica”, comentó el adolescente de 15 años.
Abajo del escenario las ideas que surgían de los expositores rendían frutos, cosechaban discusiones y profundas inspiraciones.