“Los drones han podido alcanzar lugares que los humanos no”, expresó, emocionado, Alejandro Umaña, de 10 años.
Este alumno de la Escuela Nueva Laboratorio, de la Universidad de Costa Rica (UCR), fue uno de los asistentes al Robotifest, celebrado, ayer, en la sede de la casa de enseñanza, en San Pedro de Montes de Oca.
El festival de robótica, que se realiza por cuarta ocasión, ya no solo es una competencia en la que los concursantes diseñan y programan sus robots, sino también una vitrina para exponer usos y aportes de la robótica en el país, en ámbitos como la industria, la medicina y la salud.
Asimismo, crea un escenario para promover las buenas ideas y su protección.
Exhibición. Un ejemplo de las aplicaciones robóticas en el país lo dio el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) con sus pequeños aviones telecomandados. Estos se usan para evaluar el estado general de las carreteras del país, así como el comportamiento de los ríos y los derrumbes o taludes.
“Con un dron podemos meternos debajo de un puente, analizar su estado con muchísima precisión y no arriesgamos la vida de un ingeniero, que tenga que colgarse debajo del puente”, explicó Roy Barrantes, encargado de la Unidad de Gestión y Evaluación de la Red Vial en Lanamme.
Barrantes indicó también que el Robotifest sirve para explicar a los asistentes –entre los que se encontraban grupos de niños y de jóvenes– que los drones no son juguetes. Asimismo, que se deben usar de manera responsable.
“En este momento se está redactando un reglamento en Aviación Civil que incluye no volar cerca del aeropuerto, hasta cierta altura, o cerca de grandes aglomeraciones de personas”, explicó Barrantes.
De la fiesta robótica también participaron empresas distribuidoras de drones y colegios técnicos profesionales, además de instancias de la Universidad que desean promover el hábito de proteger la innovación que se gesta en la academia, como Proinnova.
Génesis Durán, gestora de promoción de innovación, explicó que quieren crear conciencia sobre la protección de la propiedad intelectual.
“Muchos muchachos que participan en el Robotifest generan sus ideas y no las protegen y hay muchas formas de protección. No solo en la marca y patente, hay muchas variaciones. Entre ellas, modelos de utilidad, hay diseños industriales, derechos de autor”, afirmó Durán.
Cuarta edición. La evolución del Robotifest se nota, según el director de la Escuela de Ingeniería Industrial de la UCR, Eldon Caldwell. “Desde el primer año quisimos que esta competencia fuera para mostrar alto nivel en robótica, porque ya en bajo nivel tenemos las que son para niños y colegiales”, comentó Caldwell.
Para esta cuarta edición, con la constitución de un comité científico y el asesoramiento de especialistas de la Universidad de la Florida, la Universidad de Arizona (EE. UU.) y también del Tecnológico de Monterrey (México), la calidad de los proyectos ha mejorado notablemente.
“Hemos podido generar un mayor nivel de complejidad y una mejor documentación, desde el punto de vista científico”, aseguró Caldwell.