Gerd Leonhard no predice, sino que pronostica lo que podremos vivir –tecnológicamente hablando– en unos cuatro o cinco años. El futuro parece positivo, pero existen retos ante los cuales parece que no estamos del todo preparados. La necesidad de crear un verdadero ecosistema de negocios, el adaptarnos a las plataformas móviles y el aprender a manejar nuestra privacidad, serán parte de esos retos.
¿Qué se estudia para ser futurólogo? Nada, en sentido estricto. Sin embargo, el músico suizo Gerd Leonhard se ganó este título desde hace muchos años , como consecuencia de sus publicaciones visionarias sobre cómo se mueve la industria tecnológica.
Leonhard (www.mediafuturist.com), quien viaja por todo el mundo dando charlas, habló con La Nación durante su primera visita al país con motivo de la ExpoTelecom 2012.
Creo que los humanos tenemos una relación extraña con el futuro: queremos saber cómo será, pero le tenemos miedo. ¿Por qué sucede esto?
Hay mucho miedo del futuro, como usted dice, y lo que sucede es que para mucha gente solo existen dos maneras de cambiar: una es el dolor y el miedo extremo, mientras que la otra es el amor. Lo mismo sucede con países y con empresas. Le pongo por ejemplo que Steve Jobs se enamoró de la idea del iPad y logró un cambio.
”Sin embargo, al analizar el futuro, se debe ver más allá de lo obvio. Por ejemplo, en el mundo de los automóviles estaba claro, desde hace diez años, que los próximos iban ser los autos eléctricos y que se manejan solos, no autos más grandes o más rápidos. Hace una década, usted decía eso y la mayoría no estaba de acuerdo. Pero hace diez años eso era obvio y se puede decir que yo predicaba lo obvio, pero lo que pasa es que la gente que está en el mundo de los negocios está tan enfocada en lo diario, en hacer dinero, que no se da cuenta de que algo ha cambiado. Mostrar ese cambio es mi rol.
”Creo que, en general, las personas cambian cuando están muy emocionadas o están en un gran problema, y de otra manera están muy cómodas y no cambian. Por eso es que en países en desarrollo como Brasil e India están avanzando, porque están hambrientos de ideas para solucionar sus problemas y no tienen nada que perder porque ya ganan muy poco. En cambio, en Europa se gana muy bien, no hay hambre de ideas para cambiar”.
Usted prepara un libro que se llama De ego a eco. Entiendo que habla de la idea de que todo está conectado, y pone el ejemplo de que en el futuro mi casa producirá energía y le podré vender el excedente a la red nacional.
En efecto, la idea es que todo está conectado. Por ejemplo, los negocios de telecomunicaciones no existirán en el futuro sin servicios de contenido y lo mismo a la inversa. No es solo un asunto económico. Por ejemplo, Audi y BMW, si no ingresan al tema de planificación urbana, ¿cómo van a extender el uso de autos eléctricos?
”Los negocios más exitosos hoy son los conectados. Le doy otro ejemplo: los medios de comunicación deberían crear un ecosistema con Google y los creadores de dispositivos como Samsung. Nadie está ahora en control de todo, conectarse es necesario”.
¿Cómo puede un país pequeño como Costa Rica aprovechar los cambios del futuro?
Costa Rica podría ser claramente el líder mundial en turismo sostenible, que es el único turismo que existirá dentro de diez o quince años. Si no tenemos turismo sostenible, el ambiente morirá. Mire lo que pasa en el Amazonas y el Caribe. El turismo sostenible será el número uno en el campo del turismo.
”También deberían impulsar la producción de ideas y de software, algo que ya se ha estado desarrollando no solo en Costa Rica, sino también en India, por ejemplo. Con los cambios que vienen, Costa Rica estará más integrada al ecosistema global y podrá producir más”.
Y la biotecnología, ¿tiene potencial?
Sin lugar a dudas. El futuro está en nanotecnología, robótica y biotecnología, pero también todo tipo de tecnología que se pueda crear donde sea. Los nuevos modelos hacen que no sea necesario estar en el valle del Silicio (en California, la capital del desarrollo de la computación en los últimos años) para crear, pero necesita una cultura que cree posibilidades.
Creo que muchas empresas y personas aún no entienden las implicaciones del concepto “solomo” (social, local y móvil), que es el futuro o incluso el presente en algunas sociedades. ¿Tiene un buen ejemplo de los cambios que implica este concepto?
Siempre les digo a mis clientes, y se aplica también para personas en Costa Rica, que traten de vivir cuatro semanas sin computadoras, solo con un buen celular con conexión a Internet y nada más, ni siquiera una tableta. El mundo cambia. El 50% de los televidentes está usando el celular cuando ven TV para hacer otras cosas. Eso cambia los negocios. Si usted no sabe eso, está mal, y hay que ser parte de esa cultura conectada, si se quiere sobrevivir. Hay cosas que solo pueden entender si se está ahí, como también lo es la importancia de estar en Facebook.
Hablando de Facebook, ¿en el futuro vamos a tener privacidad?
La privacidad para mí es una especie de derecho civil; recuerde que vengo de Europa. Existe un gran problema con ella en Internet. Tenemos que aprender a lidiar con esto porque, por ejemplo, todo el que está en el mundo de los negocios, ahora se vuelve una persona pública y eso crea fricciones. Creo que en el futuro pagaremos por la privacidad o, al menos, por filtros de privacidad.
¿Habla de pagar a Facebook y Google para tener privacidad?
No, hablo de algo más simple: de estar en una red social y pagar por un filtro. Creo que también existirán bancos de datos que me podrán decir quién tiene datos míos y quién me ha seguido. Ya existen personas trabajando en esto. Los datos son el nuevo petróleo y la privacidad está relacionada con datos.