Hasta los medios de comunicación más fieles a Apple se contuvieron. Es el heredero de una gran tradición en el mundo de los smartphones y nadie duda de que sea un equipo de calidad, pero ya no es ni vanguardista, ni tampoco revolucionario.
Apple se limitó a poner al día el teléfono que hace cinco años cambió el concepto de celular inteligente. Lo que el usuario común y corriente más agradecerá es que ahora tendrá una pantalla más grande y una mejor cámara, que en todo caso no es nada que otros modelos en el mercado no le estén ofreciendo desde hace tiempo.
El gigante de Cupertino se dio el lujo, incluso, de despreciar la incorporación de tecnologías ya existentes, específicamente el NFC, que facilitaría los pagos móviles (algo que ya incorporan modelos como el Galaxy S III de Samsung) y la posibilidad de cargar el dispositivo inalámbricamente (que por ahora solo lo puede hacer el Lumia 920 de Nokia).
Phil Schiller, vicepresidente de Apple, explicó al portal All Things Digital que “no está claro que el NFC sea la solución a algún problema actual”, y que los sistemas de carga inalámbrica aún necesitan un dispositivo que se conecte de una forma tradicional a una línea eléctrica.
Importante para Estados Unidos Unidos y los mercados europeos y asiáticos es la posibilidad de funcionar con redes móviles de cuarta generación (4G, LTE), que permiten descargar datos a muy alta velocidad, hasta 100 Mbps, en comparación con los 21 Mbps de las redes HSPA+ más modernas que existen en Costa Rica.
Sin embargo, el que funcione con LTE es algo que nos debería preocupar poco a los ticos por ahora, pues no existen planes concretos, y con plazos definidos, de los operadores para implantar esta tecnología.
‘Una joya’. “Es una joya, es el mejor producto que hayamos hecho”, empezó diciendo, en todo caso, Schiller durante la presentación.
Aunque no lo fuera, analistas independientes le auguran un éxito rotundo.
“Este va a ser el lanzamiento más grande de un teléfono nunca visto: venderán millones y millones de unidades, independientemente de lo que presenten”, había dicho horas antes de la puesta en escena a la agencia AFP Van Baker, un analista de Gartner.
Mientras, expertos del banco Piper Jaffray estimaron que el iPhone 5 podría vender 10 millones de ejemplares en la semana siguiente a su lanzamiento, previsto para el próximo 21 de setiembre en Estados Unidos.
El dispositivo llegará días después a Europa. En el resto del mundo, incluida Costa Rica, debería comenzar a venderse, a más tardar, en diciembre.
Siguiendo las previsiones, JPMorgan Chase cree que un objetivo más “razonable” que el del Piper Jaffray es pensar en que venderán ocho millones de unidades desde el lanzamiento hasta finales de año.
A pesar de esos números, Apple sigue en el segundo lugar en el mercado de celulares inteligentes. Su cuota es de 16,9% frente al 32,6% de Samsung, al que le acaba de ganar un juicio por violar sus patentes.
Tal vez como venganza, The Korea Times informó de que Samsung podría demandar a Apple por utilizar el sistema LTE en su nuevo celular. Sin embargo, el diario no citó fuentes oficiales.