Buenos Aires. Maidury Granados Madrigal, vecina de Villa Ligia de Pérez Zeledón, era maestra de Enseñanza Especial en El Socorro y en San Rafael, en Buenos Aires de Puntarenas.
La educadora, de 33 años, vivía en unión libre y era madre de un niño de cuatro años.
Ella viajaba, todos los días, 45 kilómetros para brindar sus conocimientos a los menores de esos centros educativos.
Sus compañeros de labores calificaron a Granados como una persona seria y profesional en su trabajo. Además, dijeron que era muy colaboradora cuando necesitaban ayuda.
Marlen Vargas Badilla, directora de la Escuela de El Socorro, comentó que Granados impartía clases a seis niños con retardo mental en ese centro educativo y a otros cuatro en la Escuela de San Rafael. Agregó que la vio por última vez cuando concluyó el curso lectivo del 2012.
“Sí sabíamos que estaba en el hospital. El porqué era la duda. Eso que ella se hizo fue en el periodo de vacaciones, y, hace unos ocho días, nos enteramos, mediante la prensa, del motivo de su hospitalización. Siempre fue muy hermética con eso”, comentó.
Vargas dijo que, en determinado momento, llegó a pensar que Granados había conseguido trabajo en alguna otra escuela más cercana al lugar donde vivía, debido a que la comunicación era casi nula, pues al centro educativo solamente llegaban los trámites para la incapacidad.
“El sábado de Semana Santa, ella me llamó, pero, mientras estábamos hablando, a mí se me descargó el celular. A ella se le escuchaba muy mal, y esa fue la última vez que tuve contacto con ella”, aseguró Vargas.
Según explicó la directora, Granados era muy reservada respecto a su vida personal.
“Tenía otros cuatro alumnos en la Escuela de San Rafael. Ella, realmente, se llevaba bien conmigo. Debido a lo ocurrido, tuvimos que hablar con los estudiantes para que asimilen la situación”, dijo.
Granados tenía tres años de trabajar en la Escuela de El Socorro. Su familia es propietaria de una ferretería en el centro de Buenos Aires, la cual permanecía ayer cerrada en señal de luto.
Despedida. En el Facebook de Granados, hay mensajes de despedida de amigos, pero hay uno que ella subió el 18 de febrero, en el que decía: “Gracias, Dios, por los momentos difíciles, por los buenos momentos, por los amigos, por mi familia, por los errores que he cometido, por todo lo que me has dado, por lo que está por venir y por estar siempre a mi lado”.