La calle de lastre, que comunica a Ciudad Neily con Coto 47, en Corredores, zona sur del país, no le impedía a Santiago Picado andar rápido en bicicleta. El hombre tenía prisa y nada lo iba a detener. O al menos eso era lo que él pensaba a eso de las 5 p. m. de la tarde del miércoles.
Picado, quien viajaba con una llamativa capa amarilla y chancletas, necesitaba llegar lo más pronto posible a su casa, en Las Pangas en Coto 47, una de las zonas más afectadas por las lluvias previas al paso del huracán Otto por Costa Rica.
La prisa se debía a que en la vivienda, que está "medio inundada", estaban solos sus papás, quienes son adultos mayores. Sin embargo, cuando llegó al puente Amarillo, que está sobre el río Corredores, Picado vio frustrado su viaje.
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La lluvia que caía provocó que el agua tapara por completo el puente; intentar cruzarlo era una utopía.
"Todo iba bien, por eso venía rápido. Aunque estaba lloviendo, creí que iba a poder cruzarlo. Ahora estoy preocupado y lejos de mis papás, que son quienes más me necesitan", aseguró.
Picado entendió que debía devolverse al centro de Ciudad Neily, donde vive una hermana que le dio posada por estos días. Pero, antes de marcharse, prefirió quedarse unos minutos más para observar si, por alguna razón, el caudal bajaba.
"Si baja un poquito el río, me animo. Si se queda así, mejor no", mencionó.
Mientras Picado observaba, una motocicleta venía a lo lejos desde las fincas de Coto 47. Se estacionó y la acompañante, llamada Benedicta Bristán, se bajó.
Minutos después, Bristán aquella mujer comenzó a caminar por el puente. El agua le llegaba más arriba de la cintura y la corriente estaba fuerte, pero eso no le impidió cruzarlo.
La motocicleta, manejada por su yerno, Kendall Vargas, venía detrás. En menos de cinco minutos, ya estaban al otro lado del puente.
Pese a que Picado vio aquella hazaña, prefirió no arriesgarse. "Hacer eso es muy duro. En cualquier momento se lo lleva a uno la corriente, no me la juego".
Finalmente, el vecino de Las Pangas se devolvió a descansar a la casa de su hermana y planea despertarse temprano este jueves para intentar, de nuevo, llegar hasta su vivienda. "Mañana será otro día y quizá el tiempo nos beneficie", concluyó.