Un testigo protegido por la Justicia guatemalteca es clave en nuestro país en la causa por lavado de dinero que se sigue contra Alejandro Jiménez González (alias Palidejo), los padres de este y la esposa.
Desde Guatemala, el sujeto vinculó a los costarricenses con ese delito.
El viernes pasado, mediante una videoconferencia en la sala del Juzgado Penal de Alajuela, las autoridades costarricenses entrevistaron al testigo.
En la cita estuvieron presentes representantes de la Fiscalía Adjunta de Delitos Económicos, Tributarios y Legitimación de Capitales, la Oficina de Asesoría Técnica y Relaciones Internacionales del Ministerio Público (Oatri), así como los abogados defensores de Jiménez.
Mientras tanto, en Guatemala funcionarios judiciales de ese país y la cónsul de Costa Rica, Hazel Alpízar, acompañaron al testigo. Jiménez también participó desde la cárcel, donde está recluido.
La audiencia se llevó a cabo desde la 1 p. m. y hasta las 7 p. m., de acuerdo con lo que informó el Ministerio Público.
Adelantado. Laura Monge, de la Oatri, explicó ayer que la gestión fue un anticipo jurisdiccional de la prueba, el cual se realiza con el fin de asegurar que se contará con esos elementos durante el juicio.
“Este es un testigo protegido en la causa que lleva Guatemala por el homicidio de Facundo Cabral. El caso en nuestro país ameritaba la recepción de su testimonio”, manifestó la funcionaria, quien dijo no poder dar más detalles sobre la indagatoria.
El crimen del cantautor argentino ocurrió el 9 de julio del 2011, en Guatemala. Tras el homicidio, la Policía aseguró que el Palidejo planeó el ataque en el que murió Cabral, pero el objetivo era asesinar al empresario nicaraguense Henry Fariñas.
Precisamente, en esa causa, el testigo protegido afirmó que la rencilla entre Jiménez y Fariñas era por drogas.
Declaró que el costarricense había mandado a realizar el atentado desde unos cuatro meses antes de la fecha en que ocurrió.
Las autoridades costarricenses esperan que el Palidejo sea enjuiciado por ese homicidio, para posteriormente procesarlo aquí por lavado de dinero.
Mientras tanto, su esposa, Wendy Nancy Pérez Sánchez, su padre, José Francisco Jiménez Solano, y su mamá, Ana Isabel González Vega, tienen orden de captura internacional.