Una posible sobredosis de un medicamento usado para males renales figura entre las probables causas que generaron un paro cardíaco por el cual murió una paciente del San Juan de Dios.
Este elemento surgió durante una conferencia de prensa dada por el director de ese centro médico, Daniel Quesada Rodríguez, quien dijo que a la mujer que, presuntamente, inyectó a la hoy fallecida, le encontraron frascos de gluconato de calcio, un producto usado en pacientes con males renales.
Quesada explicó que una dosis excesiva de ese producto eventualmente podría generar una elevación súbita del calcio, así como del ritmo cardíaco y causar la muerte.
Empero, Daniel Quesada fue muy enfático en que será el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) el que determine si ese medicamento o alguno otro pudo causar la muerte de Lilliam Arias Prendas, de 55 años, quien permanecía en el salón Lara, en el cuarto piso del edificio de Medicina.
Como imputada en este caso permanece detenida Ángela Barrantes Moreno, de 63 años, una auxiliar de enfermería quien se pensionó por un mal psiquiátrico.
La oficina de prensa del OIJ comunicó que, por el momento, no se iban a referir a los medicamentos decomisados en el hospital, para no entorpecer las investigaciones.
Libre acceso. Precisamente, Daniel Quesada admitió que la sospechosa de inyectar a Arias ingresó con un carné vencido de auxiliar de enfermería al San Juan de Dios. Lo hizo vestida totalmente de blanca (gabacha, medias y zapatos) por la llamada puerta de médicos.
Agregó que los empleados de otros hospitales y clínicas (actuales y pensionados) tienen libre acceso al San Juan de Dios, pero a partir de ahora se les va a revisar los bolsos y se les va solicitar que digan cuál es el motivo de la visita.
Quesada dijo que esta disposición forma parte de una serie de medidas para evitar que dentro del hospital permanezcan personas ajenas al servicio.
El director del San Juan Dios alegó desconocer si Ángela Barrantes estuvo allí en otras ocasiones, visitando a pacientes.
Contra Barrantes, el Ministerio Público abrió un proceso penal por el delito de homicidio calificado pues se estima que ella actuó de una manera planificada. Lo anterior, porque esperó el momento para inyectar a la víctima y luego se retiró al baño, donde lanzó una jeringa en un basurero. Personal del hospital la detuvo en el baño.
La audiencia, prevista para ayer en el Juzgado Penal de San José, no se realizó, según informó la oficina de prensa de la Corte Suprema de Justicia. Los motivos para la postergación no se conocieron ayer.