Cutris, San Carlos. “Estaba en la lechería procesando leche para hacer queso, cuando se apareció la aeronave de colores café, verde claro y verde más oscuro, casi a ras de los árboles.
”Creí que era del Ministerio de Seguridad Pública, pero no llevaba ninguna identificación ni bandera ni matrícula. Sentado en la puerta iba un hombre, mirando fijamente a tierra, como si buscara a alguien o algo”.
Ese es parte del relato de Nixon Campos, pequeño productor de leche establecido en Moravia de Cutris. Él, su esposa y una hija adulta afirman haber visto, el martes pasado, un helicóptero, que semanas antes también observaron volando más elevado, con aparente dirección al espacio aéreo de la vecina Nicaragua.
Además de Campos, muchos otros campesinos han visto esa y otra aeronave. Precisamente, un reporte dado a un cuerpo policial por pobladores de otro caserío, sirvió para descubrir el martes pasado la existencia del campamento, donde la Policía de Fronteras halló un cargamento de armas, pertrechos militares y un campo abierto para el aterrizaje de helicópteros, en Cutris de San Carlos.
Alba Campos, fiscala adjunta de San Carlos, manifestó que su despacho no tiene informes oficiales, aunque dijo que sobre el hallazgo de las armas hay una investigación en marcha, que abarca otros aspectos, sobre los cuales, argumentó no puede ventilarlos en los medios de comunicación.
Allan Obando, jefe de la Policía de Fronteras, reconoció estar enterado de la situación, pero pidió comprensión por no poder entrar en detalles. Agregó que el caso de Cutris es muy delicado, y que como tal, lo están manejando con mucha prudencia.
El ministro de Seguridad, Mario Zamora, visitó la finca el viernes. Según dijo, se trata del mayor decomiso de armas de guerra de los últimos 15 años. Además, que reforzarán la seguridad en todo el cordón.
Asustados. El reloj marcaba la 1 p. m., del viernes 27 de setiembre, cuando las pocas familias que habitan Chorreras de Cutris, pueblo establecido frente al San Juan, fueron sorprendidos por un ruido.
José García narró la experiencia que vivió: “Al salir a la calle, vi un chunche enorme volando casi que sobre el techo de las casas de mis vecinos. Nos sentimos impresionados y algunos creyeron que estaba por venirse al suelo, nos asustamos. Dos amigos que estaban conversando en la calle, lo vieron salir del espacio aéreo de Nicaragua. Finalmente, se enrumbó hacia el sector de Coopevega”.
Chorreras se ubica 100 kilómetros al norte de Ciudad Quesada, no tiene presencia permanente de la Policía de Fronteras, pero sí un camino en muy mal estado.
Los campesinos de Moravia, Chorreras, Crucitas, El Roble, entre otros caseríos de Cutris, manifestaron que los vuelos extraños les roba el sueño.
“Parece que estamos ante actividades relacionadas directamente con el tráfico de armas y drogas, y a los que queremos nuestro país, estas acciones nos roban el sueño, la tranquilidad”, dijo Danilo Solís.
Agregó que no es nuevo que por la zona se mueven extraños, entre ellos, extranjeros de diversas nacionalidades.