Cartago. “Perdón a todos pero no aguanto más sufrimiento”.
Escueto, sin dar más elementos, Carlos Luis Badilla Delgado, de 66 años, se despidió con esas palabras de su familia antes de quitarse la vida ayer dentro de la basílica de la Virgen de los Ángeles, en Cartago.
El hombre, un exguarda de seguridad privada, dejó el mensaje en la parte de atrás de una hoja de un calendario que estaba en el escritorio de su casa, ubicada en barrio Valencia de San Rafael Abajo de Desamparados, San José.
Además de esa nota, agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Cartago obtuvieron la declaración de una familiar del fallecido, quien reveló que desde hacía bastante tiempo Badilla se venía quejando de mucho dolor en un testículo.
Empero, según dijo la testigo a la Policía Judicial, el adulto mayor no aceptó la sugerencia de ir a consultar con un médico.
Lo anunció. Cuando salió ayer miércoles de su vivienda, Badilla le comentó a sus familiares que iba a rezar a la basílica y agregó que “Dios le había dicho que luego iba a morir”, de acuerdo con el relato de su pariente.
Ingresó al templo por la puerta lateral sur y se ubicó en la cuarta banca del sector derecho de la nave central. Sacó una pistola y se disparó en la boca. La bala salió por la parte superior de su cabeza y pegó en una de las columnas, detalló la Policía Judicial.
José Francisco Arias Salguero, párroco de la basílica, dijo que al revisar el video determinaron que el hombre duró muy poco tiempo dentro del santuario.
Al momento del incidente en el lugar se encontraban unas 50 personas. Inicialmente, algunos gritaron y de inmediato salieron huyendo del templo.
Gerald Brenes Bonilla, un vecino de Paraíso y quien tenía cinco minutos de estar dentro de la basílica, recordó: “escuché como una bombeta. La detonación fue fuerte. Vi el cuerpo en el suelo y salí corriendo. Me asusté”.
Brenes, quien es la persona que se pone el traje de la mascota del Cartaginés en el estadio Fello Meza, explicó que no vio cuando el hombre entró. “Yo estaba en lo mío. Daba gracias a la Virgen de los Ángeles. Cuando salí me quedé afuera y fue cuando cerraron las puertas”, relató.
El sacerdote Arias manifestó que un vigilante de la empresa de seguridad privada que da servicio en el templo, estaba en un pasillo cercano y se acercó a ver qué sucedía. Luego se dio aviso a la Fuerza Pública y se pidió ayuda de la Cruz Roja.
La Policía decomisó la pistola que, según familiares, Badilla en algunas oportunidades les había mostrado.
El Ministerio de Seguridad Pública informó de que Badilla no tiene armas inscritas ni tampoco tenía permiso de portación de armas de fuego.
Autoridades judiciales encontraron una imagen metálica de la Virgen de los Ángeles en una bolsa del pantalón del fallecido.
Dos horas después de ocurrido el hecho, varios parientes llegaron al templo, pero optaron por no hablar con la prensa.
El párroco señaló que la basílica permanecería cerrada y reabriría hoy a las 9 a. m. para la primera misa del día. “Se reabre con la ceremonia de la restitución. Es una cuestión litúrgica que se practica cuando un templo es profanado”, explicó.
Ayer las liturgias fueron trasladadas a una capilla cercana.
El suicidio de Badilla motivó que decenas de personas que llegaron a cumplir promesas, se quedaran rezando fuera del templo. Algunos dijeron que tendrían que volver.