Seis oficiales de la Fuerza Pública fueron detenidos este jueves en dos casos diferentes: uno por el robo de un celular y otro por cobrar dinero a dos jamaiquinas a cambio de no detenerlas.
Las capturas fueron realizadas por agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ). La primera de ellas se llevó a cabo a las 6:30 a. m. en la delegación policial de Catedral, en San José, y en una casa en San Rafael Abajo, Desamparados.
En esos lugares fueron detenidos los oficiales de apellidos Espinoza, Ordeñana, Ramírez y Venegas, de 22, 27, 37 y 54 años de edad, respectivamente.
A ellos se les acusa de haberle robado el teléfono celular a un asesor de la Asamblea Legislativa, el 15 de diciembre del 2015.
Según la denuncia, ese día los policías estaban en vía pública, sobre la avenida segunda en el centro de San José, cuando abordaron a un hombre (un asesor legislativo) y le estaban pidiendo dinero para dejarlo ir.
Como no portaba efectivo, lo acompañaron a un cajero automático, donde tampoco pudo retirar dinero, así que lo despojaron de su teléfono celular.
“Con las investigaciones recabadas y el rastreo del teléfono celular del ofendido, se procedió a la detención de estos tres hombres en la delegación policial, mientras que a un cuarto sujeto lo detuvieron en su casa de habitación, en San Rafael Abajo de Desamparados”, indicó el OIJ.
Segundo caso. También este jueves, alrededor de las 7 a. m., agentes del OIJ detuvieron a otros dos policías pero el operativo fue en la delegación de Limón.
Los aprehendidos son de apellidos Carballo y Mora, de 26 y 37 años, quienes figuran como sospechosos de cobrar dinero a dos mujeres jamaiquinas a cambio de no quedar detenidas.
Según la queja ante la Policía Judicial, el pasado 24 de diciembre, las dos extranjeras viajaban en una motocicleta cuando fueron abordadas por un oficial de la Policía de Tránsito, el cual les quitó la placa debido a que viajaban sin licencia.
Al parecer, luego se les acercó un oficial de Fuerza Pública y les indicó que tenía que detenerlas, pero que las dejaría ir si le pagaban ¢50.000. Entonces, una de ellas le dijo que solo portaba un billete de ¢20.000 y dos de $5. El agente accedió a recibir ese monto y les solicitó que lo fueran a dejar a la patrulla, donde estaba su otro compañero.
Sin embargo, una de las afectadas se las ingenió para grabar con su celular cuando fue a dejar el dinero a la patrulla y con esa prueba, luego presentó la denuncia.
En el primer caso, a los cuatro policías se les atribuye el delito de delito de receptación, sancionado con penas de hasta cinco años de prisión, mientras que en el segundo, se trataría del delito de cohecho, castigado hasta con seis años de cárcel.