EscucharPocosol, San Carlos. Funcionarios del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) denunciaron que en San Carlos opera una mafia maderera que causa graves daños al ambiente, por la tala de árboles de almendro amarillo, una especie en veda porque provee alimento y anidación a las lapas.
Así lo informó Rogelio Jiménez, director en la Región Huetar Norte del Sinac, dependencia del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae). El funcionario informó de que el miércoles hallaron unas 50.000 pulgadas ilegales de almendro amarillo, valoradas en casi ¢60 millones, en un aserradero en Buenos Aires de Pocosol, San Carlos,
Por eso, el Sinac declaró el decomiso de la madera, pero no se la llevaron en ese momento. En la madrugada siguiente se enteraron de que parte del cargamento había desaparecido del mismo lugar.
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Esta es una parte de las tucas de almendro amarillo que los traficantes ilegales intentaron esconder en una finca en Buenos Aires de Pocosol, cercana al aserradero donde el Sinac la tenía decomisada. | CARLOS HERNÁNDEZ.
La Fuerza Pública encontró, este jueves, parte de la madera sustraída en una finca situada a 500 metros del aserradero, donde había cinco trozas de almendro de hasta siete metros de largo cubiertas con plástico grueso de color negro.
Posteriormente, la Policía halló otras 20 trozas en la zona de protección de una quebrada, donde desconocidos las echaron a rodar desde una loma.
Sinac dijo que la madera se extrae de zonas protegidas, entre ellas, del Rufugio Nacional de Vida Silvestre Maquenque, ubicado en la zona norte.
Creciente. Rogelio Jiménez y Fausto Alfaro, jefe del Sinac en San Carlos, dijeron que en la zona ha existido un creciente tráfico de madera. Alfaro explicó que los traficantes están derribando miles de pulgadas de almendro porque se cotizan a precios muy elevados.
Añadió que en una semana han decomisado casi 100.000 pulgadas de almendro amarillo, entre ellas 18.000 en Almendros de Cutris, 10.000 en Yucatán de Pital y las 60.000 de Pocosol.
“En conjunto, toda esta madera vale por encima de los ¢100 millones”, expresó Alfaro.
Jiménez y Alfaro afirmaron que los traficantes de madera cuentan con muchos recursos, entre ellos, de orden tecnológico, lo que les permite espiar los movimientos del personal del Minae y de la Fuerza Pública.
Explicaron que los métodos de operación de las mafias son muy diversos, por ejemplo, entierran las tucas para luego sacarlas cuando baja la presión policial, las transportan en vagonetas y contenedores y las camuflan con productos agropecuarios.
La madera incautada el miércoles será donada al Colegio de Santa Rosa de Pocosol, para ser utilizada en el piso del gimnasio y para construir más aulas.
