Unos 50 precaristas invadieron un finca de dos hectáreas ubicada dentro del Refugio de Vida Silvestre Caño Negro (en Los Chiles, zona norte del país) y pagan un alquiler de entre ¢5.000 y ¢7.000 por mes a los líderes del grupo.
La denuncia la hicieron funcionarios del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), y el poseedor de la tierra, Anselmo Hernández, ante la Fiscalía de Los Chiles.
Rogelio Jiménez, director del Área de Conservación Huetar Norte, dijo que el primer ingreso de los ocupantes a la propiedad, conocida como finca Terrón, fue a mediados de julio.
“La mayoría de ellos fueron engañados. La negociación es que los líderes los llevan ahí, les cobran ¢5.000, ¢6.000 o ¢7.000 por mes y les ofrecen la posibilidad de un derecho de posesión, cosa que no va a ocurrir”, dijo Jiménez.
El funcionario explicó que, una vez que se conoció la invasión, se interpuso la queja y se gestionó el desalojo.
Robert Sequeira, administrador del refugio, detalló que 24 familias fueron notificadas para que abandonaran el sitio.
La semana pasada, funcionarios del Sinac y oficiales de la Fuerza Pública ingresaron en el sitio para hacer una inspección.
Las autoridades resaltaron que muchos de los ocupantes salieron por su propia voluntad, pero otro grupo presentó un recurso de amparo.
“Tenemos que esperar que se resuelva, pero seguimos dándole protección a la zona. También fuimos con las autoridades de Migración, porque varios de los precaristas son extranjeros indocumentados”, sostuvo Jiménez.
La Fiscalía de Los Chiles confirmó que hay una denuncia por la invasión, pero es “contra ignorado”. El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) debe presentar un informe del caso.
Derechos. La tierra en disputa está bajo un derecho de posesión otorgado a Anselmo Hernández, quien vivía ahí con su familia previo a la creación del refugio, en 1984.
“La familia tiene la propiedad desde 1965, siempre la hemos trabajado, no queremos que los precaristas les hagan daño a la flora y la fauna”, expresó Hernández.
Según explicó el director del Área, en los refugios, a diferencia de los parques nacionales o reservas biológicas, sí se puede tener ganado o hacer plantaciones.
“La visión que hay en los refugios es que sea de uso sostenible”, enfatizó.
Jiménez apuntó que el derecho de posesión se otorga cuando la persona comprueba que tiene al menos 10 años de vivir legalmente en el terreno, una vez que se declara la protección del sector por el Estado.
Importancia. El Refugio de Vida Silvestre está localizado en la parte baja de la cuenca del río Frío. Los expertos resaltaron la importancia de su flora y fauna.
“Caño Negro es como los riñones que purifican un cuerpo humano. Sostiene las grandes crecidas y ahí se forman humedales, ricos en fauna y flora acuática”, dijo el director del Área de Conservación.
“También es un área adonde, en época de lluvia, llegan los peces gaspar a desovar en las lagunas, porque son lagunas tranquilas”, comentó Rogelio Jiménez.
Precisamente, el Sinac conoció la invasión de precaristas durante un operativo de protección a ese tipo de peces, informó la entidad. Colaboró el corresponsal de La Nación Carlos Hernández.