Un grupo de ladrones de ganado que surtía a varias carnicerías de Turrialba, fue desarticulado por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa).
Tras seis allanamientos, las autoridades detuvieron ayer a ocho sospechosos de hurtar las reses, destazarlas en un matadero clandestino y vender la carne a varios negocios de la zona.
El desolladero ilegal estaba ubicado en el sector conocido como Camusa, en el centro de la ciudad, donde había carne en recipientes de plástico, osamentas, romanas, ganchos de carnicería, mazos, cuerdas y máquinas para moler carne.
En otro punto del lugar los funcionarios hallaron vísceras de animales bovinos y una fosa con restos óseos y cuero semiquemados. Además, tres reses vivas que serían destazadas.
El dueño del matadero y presunto líder del grupo, de apellido Villalobos (62 años), quedó detenido en el sitio. Aparentemente él se encargaba de distribuir el producto por el cantón. Le decomisaron ¢450.000 que portaba, así como un vehículo que al parecer era usado para vender la carne.
En una vivienda en barrio Campabadal fue apresado el supuesto destazador, apellidado Montero, En la casa había ropas y zapatos con manchas de aparente sangre, así como sogas.
Otro de los lugares allanados fue la carnicería Monterrey, en el distrito de El Mora, donde se capturó al propietario, de apellido Coto y quien vive en la planta alta del local, donde supuestamente se vendía el producto ilícito.
Allí se localizaron más de 200 kilos de carne, la mayoría en mal estado, con restos vegetales y cortes irregulares. Personal de Senasa clausuró el comercio.
La Policía también detuvo a un hermano de Coto, quien colaboraba con él. Su detención se realizó en su vivienda en barrio Los Olivos.
Como parte del operativo, las autoridades intervinieron un súper en la hacienda Aquiares, propiedad de un oriental, así como el restaurante Pollos 2000, en el centro de Turrialba, donde cayó otro oriental. Ambos por receptación.
Los agentes además detuvieron en la vía pública a dos sujetos porque en apariencia compraban de esta carne para venderla a recolectores de café que habitan en la misma hacienda Aquiares.