Tres empresarios costarricenses se declararon culpables ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York, EE. UU., por el delito de conspiración para lavar $1 millón en ese país.
Ellos son el ingeniero industrial Luis Alejandro Giralt Apéstegui (de 37 años), el piloto de aviación Carlos Manuel Chinchilla Jiménez (40) y el técnico en iluminación Francisco Delgado Jiménez (40), quienes cayeron el 10 de agosto del 2012, en Manhattan.
En el caso de Giralt, él se declaró culpable el 3 de marzo del 2014, pero no será hasta el 4 de junio cuando se sabrá su pena; mientras tanto negocia con la Fiscalía. Por ahora está en el Correccional Metropolitano de Nueva York.
Chinchilla también lo hizo el 25 de julio del 2013 y la jueza Colleen McMahon le fijó 36 meses de prisión, el 27 de enero anterior, que descuenta en el Correccional Moshannon Valley, Pensilvania.
Por su parte, Delgado está libre desde el 25 de enero del 2013, tras pagar una fianza de $250.000, pero se declaró culpable el 24 de julio de ese año. Aunque su abogado pidió tres años de libertad condicional, aún no ha habido sentencia.
Pesquisa. Según la Fiscalía de EE. UU., los tres nacionales se aliaron entre sí, y con otros, entre febrero y agosto del 2012, para lavar dinero.
La investigación la inició, en el 2011, el Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés), que es la agencia federal encargada de la recaudación fiscal.
En la exposición de los motivos para pedir pena, el fiscal Preet Bharara explicó que la pesquisa comenzó cuando una informante (llamada Rosie) y un agente encubierto de la IRS (Sammy) se hicieron pasar por miembros de un grupo de tráfico de drogas a gran escala.
A finales del 2011, un sujeto puso en contacto a Luis Alejandro Giralt con Rosie para que le proporcionara servicios de lavado de dinero. Giralt presentó a Rosie y a Sammy a sus socios: un filipino, Robert Cox, y Carlos Chinchilla.
A principios del 2012, Giralt mantuvo comunicaciones con Rosie por correo electrónico y teléfono. Se reunió con ella, así como con Sammy, el 17 de febrero de ese año.
En esa cita, grabada por las autoridades, Sammy le explicó a Giralt que había importantes sumas de efectivo derivadas de la venta ilegal de droga y el dinero estaba localizado en EE. UU. y el extranjero.
Para el 29 de febrero del 2012, Giralt, Cox y Chinchilla viajaron desde aquí en una aeronave pilotada por este último y se reunieron, en Manhattan, con Sammy y Rosie.
Giralt presentó a Cox como la persona encargada de recibir y entregar el dinero, y a Chinchilla como el supervisor de los vuelos en los que sacarían los fondos.
Cox describió los métodos de lavado que aplicaría y acordaron que por cada transacción, se dejarían una comisión del 19%. En el encuentro, el agente les dio $200.000, por lo que luego hubo gestiones bancarias a Dinamarca y Chipre.
El 8 de marzo del 2012, Cox y Delgado se reunieron con Rosie y otro agente secreto (alias Santi), quien les entregó $300.000. Cuatro días después, el dinero había sido transferido a bancos.
Delgado y Cox volvieron a viajar desde Costa Rica a Brooklyn, el 17 de abril del 2012, y Santi les dio $500.000 más. Con este efectivo se hicieron tres transferencias a Hong Kong y Dinamarca. Después de esa fecha, Rosie acordó reunirse con Giralt, Cox, Chinchilla y Delgado para planear futuras transacciones, el 9 de agosto del 2012.
No obstante, Cox fue asesinado el 30 de julio del 2012, en Santo Domingo de Heredia. Solo el resto del grupo viajó a Nueva York, donde el FBI los detuvo el 10 de agosto.