Dos bandas, lideradas por mujeres, ingresaron un total de 1.837 gramos de droga a diferentes cárceles en los últimos tres meses, según confirmó la Fiscalía Adjunta contra la Delincuencia Organizada (FACDO).
El dato se dio a conocer luego de que las autoridades detuvieran este miércoles a las dos cabecillas de los grupos en allanamientos realizados en Curridabat y en Tibás. Las sospechosas son de apellidos Gutiérrez, de 49 años, y Narváez, de 45.
Además de las líderes, la Policía de Control de Drogas (PCD) allanó las casas de otros dos sujetos, apellidados Sánchez, de 30 años, y Montanaro, de 21 y quien es hijo de Gutiérrez.
Al primero no se le encontró en la vivienda, debido a que el martes por la noche había sido detenido por una causa de extorsión.
En apariencia, ellos eran los encargados de meter tanto marihuana como cocaína a las cárceles La Reforma, en Alajuela; La Leticia, en Limón y El Roble, en Puntarenas.
En paralelo con las capturas, los policías allanaron las celdas a seis reos, que purgan su condena en esos tres centros penitenciarios. Los presos fueron identificados con los apellidos Mora Quirós, Gómez Ponce, Valverde Polanco, Miranda Vásquez, Arley Villalobos y Carby Vilchez.
Se intentó conocer si los reclusos cumplen sentencia en firme y por cuál delito, pero, al cierre de edición, el Ministerio de Justicia y Paz no respondió un correo enviado.
En los diferentes allanamientos, las autoridades decomisaron unos 3.000 gramos de droga, entre marihuana y cocaína.
Modo de operar
Según la PCD, la investigación comenzó el 29 de marzo del año anterior.
Desde ese momento, descubieron que tanto Gutiérrez como Narváez conseguían la droga por medio de contactos que le brindaban los mismos prisioneros.
Luego, se encargaban de reclutar personas –principalmente mujeres– que se introdujeran el taco en la vagina o el ano y así pasaran los controles de las cárceles sin mayor problema.
Las autoridades prefirieron no brindar mayor detalle de cuánto les pagaba la líder a esas personas. Tampoco ahondaron en cuánto era la ganancia de Gutiérrez y de Narváez por introducir esa droga.
Una vez que la mercancía está dentro de las cárceles, los reos se encargaban de distribuirla entre la población penitenciaria.
Por estos hechos, desde marzo a la actualidad, la PCD informó de que habían detenido a otras diez personas que formaban parte de estas mismas bandas y que se encargaban de introducir la droga. La mayoría eran mujeres y, actualmente, afrontan un proceso penal.