Una mujer pagó ¢75 millones a otra que se hacía llamar “maestra Sonia”, para que le brindara servicios de brujería y lograra así quitar una supuesta maldición que caería sobre la vida de su esposo.
La sospechosa, de apellido Guzmán y de 32 años, fue detenida este martes por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), después de ser denunciada por la víctima, quien acudió a una serie de consultas con ella antes de ir a la Policía.
El allanamiento se realizó 50 metros al sur del parque Central en San José, en un local que, al parecer, alquilaba la sospechosa.
De acuerdo con el OIJ, a finales de marzo, esta ama de casa vio, en un periódico local, un anuncio de una mujer que se promocionaba como santera cubana y vidente. De esta forma, la contactó y concertó una primera cita. En el encuentro, la “maestra Sonia” le leyó la mano y le advirtió de que había recibido maldiciones y que la vida de su esposo también corría peligro.
Según la Policía, aprovechándose de los problemas personales que tenía la mujer y de su estado vulnerable, la ahora sospechosa le cobró ¢470.000 por hacerle una “limpia”. Después, Guzmán dijo a su cliente que era necesario hacer un sacrificio para salvar a su marido, y que para eso debía darle ¢35 millones.
La víctima hizo efectivo un certificado de depósito que tenía su esposo en una cooperativa y pidió prestado a familiares y amigos para alcanzar la suma solicitada.
Acto seguido, la supuesta vidente le aseguró que para recuperar la inversión, debía comprar un entero de lotería sin ver el número ni la serie, con el cual ganaría un premio. También le informó de que debía abandonar a su hijo y a su esposo durante un mes.
La cliente compró el entero de lotería según lo instruido y se lo entregó a la bruja. A los días, y luego de que la santera viera el entero, llamó a su cliente para decirle que se había ganado el premio mayor, pero que debía darle ¢20 millones más para que le devolviera la lotería.
El OIJ confirmó que, sumando todos los pagos, la víctima le entregó ¢75 millones. A finales de junio, como la mujer no recuperaba el dinero y Guzmán no le respondía, acudió a la Policía.