Por cada campeonato de fútbol, la Fuerza Pública detiene a más de 300 aficionados por cometer diversos delitos.
Es decir, al año, serían más de 600 personas aprehendidas.
Y el trabajo en juegos de fines de semana es más intenso, pues las autoridades aprehenden en promedio a unos 20 seguidores en esas jornadas, dentro y fuera de estadios.
Según estadísticas facilitadas por el Ministerio de Seguridad Pública, la mayoría son capturados por tráfico y venta de drogas (55%).
El resto quedan detenidos por provocar desórdenes públicos (20%), desobediencia a la autoridad (18%) y portación de armas punzocortantes o de fuego (7%).
En ese sentido, Andrade detalló que hay casos en los que los aficionados se drogan en el mismo estadio. No obstante, como el consumo de drogas no es ilegal, las autoridades solo decomisan la mercancía.
Viejos conocidos. Pero el tema no es que la Policía detenga a algunos miembros de barras en cada partido, sino que los capturados suelen tener un “historial delictivo importante”.
Muchos de ellos, apuntó Andrade, están relacionados a portación ilegal de armas, tenencia de drogas y hasta tentativas de homicidio.