La desesperación del piloto de aviones, Carlos Chinchilla Jiménez (41 años), por obtener dinero para salvar sus negocios, lo llevó directo a la trampa que le puso la Policía para detenerlo.
Así consta en un documento que su abogado Adam D. Perlmutter le envió a la Corte de los Estados Unidos, antes de que le impusieran 36 meses de prisión a Chinchilla.
Según esa información, Chinchilla comenzó en el mundo de los bienes raíces en el 2005, por lo que se separó de la aviación y comenzó a trabajar con su socio, Luis Alejandro Giralt Apéstegui.
Luego de que Chinchilla vendiera su casa para tener capital, ambos fundaron Inmobilogic, una empresa que desarrollaba proyectos inmobiliarios, la que les generó bastante éxito. Chinchilla era el gerente.
Sin embargo, con la crisis mundial del 2008, los bancos dejaron de apoyar los proyectos, por lo que la situación financiera de la compañía se complicó.
Chinchilla comenzó a buscar desesperadamente inversionistas, pero no los obtuvo y adquirió deudas a través de préstamos personales y tarjetas de crédito; incluso, hipotecó la vivienda de su madre.
Por eso, volvió a trabajar en aviación para recuperar dinero y salvar Inmobilogic. También estuvo en Aviación Civil y en la aerolínea TACA-Perú.
A inicios del 2012, su socio Luis Alejandro Giralt le contó que había encontrado a inversionistas en Estados Unidos que les podía “responder a sus oraciones”, por lo que lo acompañó en esa búsqueda; empero, se trataba de agentes encubiertos de EE. UU. que investigaban una red de lavado de dinero.