Bienvenida Lizano, abuela de un expolicía que lleva un mes desaparecido junto con su esposa y sus dos hijas, no oculta su tristeza y zozobra por el paradero desconocido de sus familiares.
Esta mujer vive a 400 metros de la casa donde ellos fueron vistos por última vez, en Boston de Matina, Limón.
“No puede ser que, un mes después, nadie sepa dónde están. Días después de los hechos, una nieta me llamó para contarme que del OIJ le dijeron que sabían dónde se encontraban, que estaban escondidos en una casa en una montaña. Fue una gran alegría, pero al día siguiente, resultó que fue un rumor nada más.
”Exigimos a las autoridades que nos digan la verdad. Nos aseguraron que ellos no salieron de la zona y el carro apareció luego en Heredia. ¿Nos dicen la verdad o nos están mintiendo?”, dijo sentada en el corredor de su casa, donde espera aún recibir noticias.
Un mes después de que trascendiera la desaparición de esta familia, las autoridades siguen sin rastros de Shirley Andrea Angulo Fernández, de 30 años, y de Víctor Julio Blanco Vega, de 32, así como de sus dos niñas, de un año y siete meses y de tres meses de edad.
El caso fue dado a conocer el 2 de setiembre por los familiares, quienes los fueron a buscar a su vivienda un día antes y no estaban.
La mujer es una oficial de la Policía Turística de Limón y su esposo también laboró como agente de la Fuerza Pública de Limón, pero fue despedido desde marzo del 2013.
En el caso de Blanco, la Fiscalía informó de que figura como acusado en un juicio por los delitos de robo agravado, daños, privación de libertad y portación ilícita de arma en perjuicio de dos hombres. Por dicha causa, está programado un juicio para el 23 de octubre en los Tribunales de Limón.
Sin pistas. Gerald Campos, subdirector del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), explicó que todavía están recopilando información y verificando datos recibidos.
“Es una situación muy compleja. No hemos tenido noticia de los familiares (de los desaparecidos) de que estén pidiendo un rescate. Se ha manejado con gran secretismo. Con lo poco que hemos podido recopilar, no podemos establecer con certeza por qué se los llevaron y qué hay de fondo”, dijo.
El jefe policial asegura que la presunción es de que están vivos y esperan recibir más informes que los orienten hacia el lugar donde los pueden tener retenidos.
Las autoridades también indagan si los cuatro parientes estarían juntos o si los habrían separado y, por ende, se encontrarían en lugares distintos.
La única pista que se tiene es el el vehículo de la familia, que apareció abandonado el 5 de setiembre en un taller en Flores, Heredia.
Bienvenida Lizano reconoció que su nieto no era una “santa paloma”, pero dice que desde que fue despedido, se dedicaba a las labores domésticas y al cuidado de las niñas. “Por eso, no creo que estuviera en malos pasos”, manifestó. Colaboró el periodista Carlos Arguedas