Dos sujetos fueron detenidos como sospechosos de asesinar a balazos a un hombre en su casa de habitación, y de perpetrar varios asaltos en San Ramón de Alajuela.
La captura se logró tras varios allanamientos realizados por agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), ayer en la mañana, en varios sectores de dicho cantón.
Los agentes judiciales ingresaron por la fuerza en cinco viviendas: dos en Bajo Tejares, y las otras tres en el proyecto habitacional La Pista, en el barrio Bajos de Otto Calvo y en barrio San José, todas ellas ubicadas en San Ramón.
Uno de los detenidos fue identificado por el OIJ como de apellidos Castillo González, de 23 años, y el otro es un menor de 17 años.
De acuerdo con las autoridades, Castillo cuenta con un historial delictivo por casos de droga y robos, mientras que el menor de edad no registra ningún antecedente.
En una de las casas allanadas, los agentes decomisaron una cantidad no precisada de municiones para un arma calibre 38, varias dosis de droga y otros artículos relacionado con el homicidio de un hombre, el pasado 1°. de agosto.
El homicidio ocurrió a las 3 a. m. en la casa del fallecido, ubicada en Bajo Tejares de San Ramón.
Según el informe del OIJ, dos sujetos ingresaron a la vivienda de la víctima luego de tirar la puerta a golpes; adentro encañonaron a Díaz y le dispararon en varias ocasiones tras gritarle improperios.
De acuerdo con las autoridades, Díaz, quien no contaba con oficio conocido, no tuvo posibilidad de reaccionar ante el ataque.
Los homicidas le propinaron dos balazos en la cabeza, uno en un brazo y otro en el abdomen. El hombre murió en el sitio.
Las investigaciones judiciales apuntan a que el asesinato de Díaz pudo deberse a una deuda que este mantenía con uno de los sospechosos. Sin embargo, esta versión todavía no ha sido confirmada por las autoridades.
Además, la Policía tiene identificado a Castillo como miembro de una de las bandas que han realizado varios asaltos durante las últimas semanas en San Ramón.
Un reportaje de
En esta cadena de asaltos los delincuentes, además de asesinar a una persona, se llevaron varios millones de colones entre dinero en efectivo y artículos de los diversos establecimientos comerciales.
Los sujetos intimidaban a sus víctimas con armas de fuego, amenazas de muerte, insultos o golpes. En varios de los casos se hicieron pasar por clientes.