Trece policías de la Fuerza Pública, acusados por robos de cocaína a narcotraficantes, guardaron silencio ayer y solo uno habló cuando el Tribunal Penal de Goicoechea les preguntó si querían referirse a los hechos que les achacó la Fiscalía.
Los oficiales fueron acusados por, supuestamente, haberse aliado para cometer los hechos ilícitos. Por ello se les imputaron delitos de robo agravado, tráfico ilícito de drogas, abuso de autoridad, falsedad ideológica, allanamiento ilegal, peculado y asociación ilícita.
Con hora y media de retraso por los traslados de todos los reos desde La Reforma, los jueces Silvia Badilla, Jorge Tabash y Franz Paniagua iniciaron el debate, que contará con la participación de 22 testigos.
El oficial que declaró, de apellido Chacón (34 años), dijo que tiene dudas sobre los hechos que el Ministerio Público le achacó a él.
Los fiscales Franklin Ramírez y Julio Badilla indicaron que los imputados laboraban en las delegaciones de Coronado y Goicoechea.
Según dijeron, los 14 policías integraron una banda entre el 19 de junio del 2010 y el 1.° de febrero del 2011, cuando fue desarticulada.
Durante ese tiempo, al parecer, utilizaron patrullas y autos propios para ingresar ilegalmente a casas donde había cocaína o dinero, privaron de libertad a los ocupantes y luego sustrajeron droga.
Para eso, aprovechaban las informaciones que obtenían sobre organizaciones narcos, coordinaban operativos y los gestionaban con recursos policiales.
La droga era vendida en el mercado negro y, con el dinero que percibían, adquirían bienes como armas de fuego, celulares, electrodomésticos y hacían mejoras en sus viviendas. También, dice la acusación, se repartían el dinero robado.
Funciones. La Fiscalía señaló que un agente del Programa Regional Antidrogas (PRAD), de apellido Mora (35 años), lideraba la organización, distribuía funciones, coordinaba sobre refuerzos y armas, patrullas y personal de apoyo del Ministerio de Seguridad Pública.
Mora, junto con otro oficial del PRAD, de apellido García (36 años), al parecer, dirigía actividades y trasladaba a miembros de la banda antes y después de los operativos.
Además, con los policías Rivera (46 años) y Zúñiga (31), establecía puntos de contacto con reconocidos narcos para comercializar la droga. Estos últimos, de apellidos Paniagua y Alfaro, fueron procesados en otra causa penal.
Esos cuatro oficiales serían los “jerarcas” de la organización y los encargados de definir el modo de operar, agrega la Fiscalía.
Los restantes agentes prestaban apoyo en los hechos ilícitos: facilitaban autos particulares, hacían detenciones ilegales y movilizaban patrullas, bajo el mando de Mora. Ellos se apellidan Céspedes (50), Reyes (40), Fonseca (23), Rojas (55), Campos (51), Castillo (30), Sánchez (40), Víquez (31), Chacón (34) y Obando (41).
Para la Fiscalía, los oficiales avisaban a sus superiores sobre las detenciones de los sujetos, pero sustraían parte de la droga decomisada y reportaban cantidades menores. Luego, llamaban a otros policías para que se “encargaran de la escena” del operativo.
La organización se reunía en San Pedro (Montes de Oca), Zapote (San José), Curridabat, Desamparados y León XIII (Tibás).
Por otro lado, habrían utilizado una decena de líneas telefónicas para comunicarse entre ellos, las cuales fueron intervenidas.