Antes de ser el líder de una poderosa banda narcotraficante, Marco Antonio Zamora Solórzano, el Indio de Desamparados, ya marcaba su huella en las sendas de la delincuencia.
Tenía solo 22 años cuando enfrentó un juicio por, supuestamente, elaborar y vender droga junto con miembros de su familia; pero, en esa ocasión, la justicia lo absolvió.
Para entonces, el hombre se identificaba como un vecino del cantón de Desamparados, un polaco oriundo de Nicaragua, que se dedicaba a vender ropa.
En abril del 2001, con 28 años de edad, el Indio cayó nuevamente. Las autoridades lo detuvieron por participar en un asalto al almacén Mena, en Higuito de Desamparados, al sur de San José.
Cuando fue apresado, según el reporte, Zamora trató de engañar a la Policía con una cédula que pertenecía a su hermano. Luego, en las celdas de la delegación policial, gritaba que lo mataran.
De esa también se libró, pero tiempo después, el vendedor se topó con la justicia. Para ese momento, el Indio ya era un discípulo de Joehl Araya, reo asesinado por custodios tras la fuga que dirigió en La Reforma.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) lo capturó como sospechoso de la retención y golpiza a un comerciante de apellido Barrantes.
Esa agresión se había dado la noche del 18 de marzo de ese año, cuando Barrantes llegaba a su casa en Santo Domingo de Heredia.
La Policía detuvo en total a 12 individuos a quienes los relacionó con una banda liderada por el reo Joehl Araya.
Un mes antes, Araya había liderado un escape del centro penitenciario La Reforma, donde descontaba prisión por robo y usurpación de libertad. El prófugo fue detenido días después en Guácimo, Limón, y murió el 22 de mayo del 2011, víctima de una golpiza que le propinaron al menos cinco custodios.
El 2001 y el 2002 fueron años prósperos para el polaco, pues en ese tiempo se inscribieron 13 sociedades de las 21 en las que participa actualmente. De ellas, el Indio preside 17; en otras dos figura como fiscal y en dos más como secretario. En todas, se encuentra al menos un miembro de su familia.
Las sociedades registran siete propiedades y 10 vehículos. A su nombre, Zamora tiene inscritas cinco propiedades y dos vehículos.
En los últimos dos años el Indio ha salido 10 veces del país, según el reporte migratorio.
Ayer, en su captura, el perfil de vendedor de ropa no tuvo cabida, pues la Policía lo considera el líder de un grupo que movía alrededor de ¢5 millones diariamente.