Un hombre acusado de robar 12 latas de guisantes, de ¢370 cada una, en el supermercado Palí, en paseo Colón, recibió una condena de 45 días de prisión por el delito de hurto simple; no obstante, quedó en libertad porque ya había descontado ese tiempo en prisión preventiva.
Juan, de 30 años, cuya identidad pidió se mantuviera en reserva, fue llevado a una audiencia preliminar este martes en el Juzgado Penal de San José, donde aceptó un proceso especial abreviado para recibir una pena más baja a cambio de que aceptara los cargos.
Así, reconoció los hechos señalados por la Fiscalía, consistentes en la sustracción de los bienes ocurrida el 22 de agosto. Si este caso hubiera llegado a juicio, Juan se habría podido exponer a una condena mucho más severa.
La jueza María Aurelia Rodríguez ordenó la libertad del sujeto. Ante una consulta de La Nación , la Dirección de Adaptación Social confirmó ayer que Juan salió de la cárcel de San Sebastián el mismo martes a las 7:20 p. m.
A pesar de que este diario intentó conversar con el abogado defensor del hombre y se le dejaron mensajes telefónicos con un colega, no devolvió la llamada.
Este caso fue incluido en un reportaje en la edición del pasado domingo de La Nación sobre las críticas de algunos juristas, quienes estiman que estos casos representan un alto costo para el Poder Judicial y consideran que las lesiones poco significativas a la propiedad no deberían constituir un delito.
En esa nota, la magistrada de la Sala Tercera, Doris Arias, explicó por ejemplo, que la política de la cadena Walmart en hurtos simples es no conciliar, lo que impide al juez optar por una medida alternativa.
Para la jefa de la Defensa Pública, Marta Iris Muñoz, frente a ese rechazo, los imputados no tienen más opción que aceptar procesos abreviados e ir a prisión.