“El 29 de mayo pasado, a las 12:30 p. m., se recibió llamada en la oficina regional del OIJ en Tarrazú (San José) alertando sobre el hallazgo, en una finca cafetalera en Santa María de Dota, del cuerpo de una niña de 9 años, que estaba atado de manos, amordazado, con los ojos vendados y lesiones con arma blanca en el abdomen...
”Al día siguiente aparecieron muertos, su padre, su madre y su hermano. El macabro hecho dio inicio a una intensa investigación que culminó el 4 de junio con la captura del sospechoso Delvin José Bonilla Sevilla, de 36 años”.
El hecho de que en solo seis días los agentes del OIJ de Tarrazú lograran resolver los asesinatos de Ramón Suárez Espinoza, de 50 años; su esposa, María Haydée Miranda Salmerón, de 32, y los hijos de ambos, Abraham y Elena María Suárez Miranda, de 11 y 9 años, respectivamente, mereció que el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) los premiara este martes por realizar la mejor investigación del año.
La entrega del premio fue hecha en el Auditorio Judicial, ubicado en los Tribunales de Justicia, en San José.
Además de la prontitud para resolver la masacre, se reconoció que la pesquisa fue muy efectiva y realizada por “el limitado personal de la oficina” que nunca había trabajado un caso tan grande en sus 12 de años de existencia (fue inaugurada en octubre del 2003).
Juanita Ponce, jefa de la sede en Tarrazú, dijo que fue la primera vez que tuvo a cargo tanto personal y resaltó que el trabajo fue efectivo por la coordinación entre cuerpos policiales y la mística de agentes que sacrificaron tiempo personal para darlo al caso.
Otros galardones. Los jerarcas del OIJ escogieron la pesquisa que mantiene preso a Gílbert Bell Fernández, alias Macho Coca, como el segundo mejor caso tramitado durante este 2015.
Este expediente estuvo a cargo de la Sección de Estupefacientes. La investigación se inició en setiembre del 2014, tras recibirse un informe confidencial en el que se vinculaba con el narcotráfico a un sujeto de apellido Valerio.
En el trascurso de la indagación, los agentes lograron relacionar a Macho Coca con el tráfico de drogas y fue así como el 9 de octubre, en nueve allanamientos, se detuvo a Bell y a dos hermanos de apellidos Valerio Chaves.
Bell tenía más de una década de estar en la mira policial, pero nunca se logró ligarlo a ningún delito. Ahora, los tres guardan seis meses de prisión preventiva.
La tercera mejor investigación fue la desarticulación, en mayo pasado, de una banda liderada por un sujeto de apellidos Amador Blanco, que se dedicaba al robo de viviendas; además, violaban a las mujeres y amenazaban a los menores que encontraban en las casas. El trabajo fue hecho por la delegación de Heredia.
Durante el acto, el director del OIJ, Wálter Espinoza Espinoza, llamó a los investigadores a ser objetivos, honestos y a siempre estar preparados para enfrentar los retos de la criminalidad.