Desde la acera, dos funcionarias de la Asamblea Legislativa lanzaron hacia la cochera de la casa del magistrado de la Sala Primera, Óscar González, la notificación sobre la revocatoria de su nombramiento.
Así les tocó la tarde de ayer a Margarita Matarrita, secretaria de la Secretaría del Directorio, y a la abogada del Departamento de Asesoría Legal del Congreso, Grettel Pacheco, quienes se desplazaron hasta la vivienda, ubicada en San Joaquín de Flores, Heredia.
González fue destituido el lunes por decisión de los diputados, luego que en mayo del 2013 la Corte Plena lo hallara culpable de acoso sexual contra una subalterna, la también jueza Priscila Quirós, quien lo denunció desde octubre del 2012.
El legislador liberacionista Antonio Álvarez Desanti, quien presidió la comisión especial formada para estudiar el caso de González, explicó a La Nación que el magistrado había señalado como sitio para recibir notificaciones la oficina N.° 500, del quinto piso del edificio de la Corte Suprema de Justicia.
No obstante, Álvarez aseguró que cuando las enviadas Matarrita y Pacheco se presentaron ayer a esa oficina, una secretaria no identificada se negó a recibir el documento que notificaba la decisión alegando “órdenes de su jefe”.
Aún así, el diputado indicó que las dos funcionarias, como notificadoras, levantaron un acta en el lugar consignando lo ocurrido.
Para el abogado Eric Briones, experto en Derecho Laboral, la forma en que procedió la Asamblea Legislativa al notificar a González en su oficina y levantar allí un acta con la negativa de la secretaria, fue la correcta y era suficiente para que la comunicación surtiera efecto.
Las dos empleadas del Congreso también acudieron, posteriormente, hasta la casa del magistrado, en Heredia, donde tampoco les recibieron la notificación y, por esto, la lanzaron al garaje de la vivienda, para luego levantar otra acta.
Los hijos de González, Óscar y Katherine, enviaron un comunicado en el que afirmaron que su padre recibe tratamiento farmacológico en el Hospital Psiquiátrico desde el pasado 25 de julio y que seguirá allí por una semana más, al menos.
“Rogamos encarecidamente a la prensa respetar la privacidad de nuestra familia y el sufrimiento de nuestro padre y madre”, señalaron. Colaboró Aarón Sequeira.