Una avioneta fumigadora, matrícula TI-AMM, sufrió un accidente esta mañana en la finca Mujica en Cañas, Guanacaste. El reporte de la emergencia se recibió a las 8:55 a. m. y según el cuerpo de Bomberos, la aeronave se precipitó a tierra.
El experimentado piloto Edwin Quesada Cordero, quien acumula 12.340 horas de vuelo, estaba listo ayer por la mañana para hacer unas maniobras de prueba en una avioneta fumigadora propiedad de la empresa Aviación Agrícola.
Por razones que se investigan, la aeronave –matrícula TI-AMM– se salió de la pista de lastre y volcó cuando despegaba, a las 8:55 a. m., en la finca Mojica, ubicada en Cañas, Guanacaste.
Pese a lo aparatoso del accidente, Quesada sobrevivió al impacto y fue trasladado en condición estable al Hospital Enrique Baltodano, de Liberia.
Seidy Herrera, directora del centro médico, informó de que Quesada estaba consciente y orientado. No tiene fracturas y, por protocolo, se mantenía ayer en observación en el Servicio de Emergencias.
“Tenía una herida grande a nivel de cuero cabelludo, que fue suturada. Su estado mental es íntegro, según la valoración del neurocirujano”, añadió.
De acuerdo con el reporte preliminar de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), la avioneta tuvo algún inconveniente en el despegue.
Esta versión coincide con la que recibieron los bomberos que atendieron la emergencia.
“La avioneta quedó destrozada. Al parecer, iba despegando. Quedó en un cañal como a tres metros de la pista”, relató Pedro Achío, bomberos de la estación de Cañas.
Álvaro Vargas, subdirector de la DGAC, dijo que varios especialistas de la institución trabajan en el caso para determinar si el accidente se dio “por una falla mecánica, el estado de la pista o una mala operación”.
“Él laboró en el pasado con la empresa. Fue contratado de nuevo y cuando estuviera listo empezaría a trabajar. Ayer iba a hacer una especie de examen, que, en realidad, es un chequeo”, comentó.
Las maniobras se realizarían en la finca Mojica, cliente de Aviación Agrícola.
El subdirector de la DGAC aseguró que estos vuelos de prueba son comunes en las compañías de aviación.
“Los pilotos que llegan de otra empresa o estaban inactivos, realizan ese entrenamiento. Se puede hacer un chequeo (para un empleado nuevo) o un rechequeo cuando el piloto se reactiva en un mismo equipo”, manifestó.
Avendaño afirmó que no podía referirse a las causas del accidente hasta que hablara con el piloto.
Sobre la aeronave, dijo que esperan repararla. Comentó que una avioneta como la TI-AMM vale, en promedio, entre $300.000 (¢155 millones) y $400.000 (¢206 millones).
La empresa perteneció al piloto costarricense Cecil Murray, de 81 años de edad, quien falleció en abril del 2009 en un accidente aéreo en Estados Unidos.