27/10/12. Gertrudis, Grecia, Alajuela. Casa de habitacion donde han adoptado perros que han sido decomisados. Estefani Guillen con su perro Orus. foto: Eyleen Vargas (Eyleen Vargas)
Su trabajo era asustar a los transeúntes mientras sus dueños los asaltaban.
Por eso, la Policía lo capturó en Alajuelita, San José.
“Los delincuentes tenían como un peaje en esa zona, el que no pagaba le echaban el perro. Ya él tenía entrenamiento para tirársele a los policías”, declaró Allan Sánchez, director metropolitano de Senasa.
“Uno de esos días mordió a un policía y (el animal) fue trasladado a una celda de una delegación, en una perrera”, añadió.
Tras conocer el caso, el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) decomisó al can , raza american stafford, y lo puso en custodia de la organización American Stafford Costa Rica.
Hoy, es un miembro más de la familia Guillén Campos, vive en una zona alejada de la capital y cambió hasta su nombre: ahora lo llaman Orus.
Cambio de vida. Joana Rueda, directora y rehabilitadora de la Asociación, explicó que el proceso con Orus duró alrededor de un mes, luego del cual los expertos determinaron que podía convivir con personas.
Así llegó a la casa de su nueva familia. Ahí, Sonia y su esposo, sus tres hijos y Elizabeth (hermana de Sonia) lo han aceptado como un miembro más; de hecho, es el chineado de la casa.
Stefany, quien tiene 15 años de edad, es su consentida. Con ella sale a pasear y juega dentro de la casa, pero también la defiende y la respeta.
La buena experiencia que la familia ha tenido con Orus hizo que Elizabeth, de 35 años y quien es una persona con síndrome de down, pidiera tener su propio can.
Ayer, Senasa y la Asociación le entregaron a una cachorra de la misma raza que Orus, la cual fue decomisada el mes pasado en Desamparados, San José.
Esa incautación se dio luego de que un perro de raza pitbull, que era utilizado para peleas, le causó graves lesiones a la hermana del dueño. En la vivienda, se encontraron otras perras y los cachorros.
“Es mi hija”, exclamó ayer la mujer al recibir a la perrita.
Además, las autoridades entregaron en adopción a otra de las cachorras. Sus nuevos cuidadores son allegados de la familia Guillén.
A la vez, un amigo de Stefany recibió a otra perra de la misma raza.
“Muchas veces, por la información que se da, la gente les tiene miedo. Yo era una que les temía y Orus me ha enseñado mucho”, reflexionó Sonia Campos.